El trabajo, que ya lo ha llevado a cabo en ratones un equipo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y del Hospital madrileño de La Paz, ha consistido en insertar un gen denominado NIS -presente en las células del tiroides y capaz de atrapar el yodo-, en un tejido tumoral que no era el suyo.
El tratamiento con yodo radiactivo del cáncer de tiroides es eficaz gracias precisamente a este gen, que se encarga de transportar el yodo al interior de la célula.
Los científicos han descubierto ahora que, además, esta propiedad se mantiene aunque dicha célula sea tumoral, explica el CSIC en un comunicado.
Para conseguir introducir el gen en un tejido que no era el suyo, los científicos utilizaron un vector, en este caso un virus (adenovirus) modificado genéticamente para que llevase dicho ADN a las células tumorales.
Según resalta el investigador Garcilaso Riesgo-Eizaguirre, del Instituto de Investigación Biomédica del Hospital La Paz, este avance abre la vía para un futuro tratamiento del melanoma con yodo radiactivo.
"Gracias a la terapia génica, estamos en condiciones de poder expresar NIS de forma exógena en otros tipos de cánceres y extender el uso médico del yodo radiactivo", afirma Riesgo-Eizaguirre.
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