Todos hemos escuchado las noticias sobre las superbacterias adquiridas en los hospitales, que cada vez son más difíciles de tratar.
Pero ahora, nuevos estudios hablan de una gonorrea resistente a los fármacos disponibles y el espectro de una infección sexualmente transmitida que no puede tratarse, se cierne por primera vez en nuestra generación.
Desde que la penicilina fue utilizada por primera vez para tratar la gonorrea en 1943 la bacteria que la causa ha desarrollado nuevos mecanismos para evadir el control de cada nuevo antibiótico.
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