“Qué mejor que elaborar nuestros productos artesanales tradicionales en base a nuestras plantas nativas”, comenta Albania Burgos, jefa de la Unimed, mientras especifica que estas pastillas se elaboraron con base en las hierbas diente de león, alcachofa, menta y carqueja. Las tabletas facilitan la expulsión de la bilis, cumplen una acción terapéutica como fármaco colagogo y hepatobiliar.
Naturistas. Estas apuestas farmacéuticas pueden recetarse para molestias intestinales o de la vesícula biliar; por eso, de acuerdo con Burgos, pueden reemplazar a otros medicamentos naturales que por ser comerciales o de marca, son más caros, como Arocarbol. Aparte, la especialista relata que los médicos naturistas que inventaron estas pastillas intentan aliviar y curar los síntomas de sus pacientes —que en su mayoría provienen del área rural—, para que no acudan a “charlatanes peruanos” que, supuestamente, venden medicinas tradicionales.
“Queremos que de una vez se pare el contrabando que engaña a nuestra gente en las ferias y mercados. Nuestras medicinas naturales van a ser mucho más baratas y garantizadas”, subraya Burgos, que denuncia que la Unimed y el Ministerio de Salud se incautaron en repetidas ocasiones de remedios tradicionales de dudosa procedencia y elaboración, por lo cual se restringió su venta en tiendas; aunque, pese a ello, quienes los ofrecen siguen operando en urbes del territorio boliviano.
Las nuevas ofertas son hoy comercializadas directamente por sus fabricantes. “Es cuestión de tiempo para que ingresen al mercado nacional a través de las farmacias”, adelanta la Jefa de la Unimed, que espera que ahora se unan a esta cruzada otros médicos naturistas locales.
Este proceso se inició con la apertura y el registro sanitario de los dos laboratorios artesanales que crearon las tabletas Hivebil y Hepatobiliar. Uno se encuentra en el municipio de Sica Sica, en la provincia Aroma de La Paz, y el otro en Montero, Santa Cruz. “Después, los médicos naturistas dieron a conocer (a través de un kárdex) el seguimiento al tratamiento de cada uno de sus pacientes y cómo fue que estos medicamentos dieron buenos resultados, por medio de las prácticas ancestrales”, explica Burgos.
Los informes fueron presentados para su calificación a la Subcomisión de Medicina Tradicional, conformada por miembros de las facultades de Medicina y de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas de la Universidad Mayor de San Andrés, y expertos del Jardín Botánico de Cota Cota. La buena calificación derivó en la otorgación del registro de la Unimed.
El viceministro de Medicina Tradicional e Interculturalidad, Alberto Camaqui, recuerda que los propietarios de los dos primeros laboratorios artesanales recibieron, junto a otras 1.218 personas, una certificación que los reconoce como médicos tradicionales. Ello sucedió el 15 de diciembre de 2011, en Cochabamba.
“Hueseros, naturistas, parteras, nutricionistas, hierberos y yatiris recibieron gratis su credencial y certificado que los acredita para ejercer la medicina tradicional en centros de salud”, dice la autoridad. Para ello, cada persona presentó el aval de su comunidad o de su junta de vecinos, que certifica que practica el oficio.
Burgos es optimista y señala que a raíz de la autorización para Hivebil y Hepatobiliar, nuevos laboratorios artesanales están intentando abrir sus puertas; aunque para ello, primero, deben tramitar su registro sanitario. “Últimamente visitamos uno en El Alto, que ya tiene montado prácticamente todo para empezar a trabajar, sólo faltan algunos detalles”.
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