El asma es un estilo de vida, una forma de encarar el día a día, quienes padecen esta enfermedad deben prestarle atención a ciertos detalles que para otros podrían pasar inadvertidos: tomar un helado, fumar cigarro, mojarse un día de lluvia, olvidarse de los aparatos, etc. Pero existen ciertas recomendaciones que pueden hacerle la vida más simple a cualquier paciente.
Al pie de la letra. Muchos asmáticos leves ignoran que lo son, por eso, ante síntomas de sospecha deben acudir al alergólogo o al neumólogo, mientras que para los pacientes diagnosticados es vital un correcto seguimiento del tratamiento prescrito con su médico.
Hidratarse. Los asmáticos, más que cualquier otra persona, necesitan estar bien hidratados y para ello, obviamente, tienen que beber mucha agua, aunque a menudo no posean ganas de hacerlo (esto debe tranformarse en un ejercicio). La hidratación es fundamental sobre todo para que las secreciones mucosas sean fluidas y fáciles de expulsar.
Aléjese del cigarro. Es indispensable que cualquier persona que sufra de asma, jamás se acerque a un cigarrillo (Esto incluye ser fumador pasivo). El humo del tabaco es un irritante, si el enfermo convive con un fumador es importante que le haga tomar los recaudos necesarios (fumar en el patio, en la calle o en otro lugar).
Abrigados, mejor. Otro cuidado importante es el de cuidarse del frío, se les recomienda salir abrigados, evitar las bebidas frías y protegerse del viento fuerte y la lluvia.
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