Las bajas temperaturas, la deficiencia nutricional y una disminución en las defensas del organismo son algunas de las causas que provocan la gripe o el resfrío en los niños, los que son más propensos en contraer estas enfermedades por estar en contacto directo con otros niños de su edad o simplemente porque tienen un adulto con este problema.
En ocasiones, estas enfermedades que son muy comunes en la temporada invernal pueden ser motivo de mucha preocupación cuando no son tratadas a tiempo y desencadenan complicaciones que podrían comprometer seriamente la salud de los más pequeños. Femenina (F) quiso conocer este tema y se contactó con la neumóloga pediatra Vania Peñarrieta (VP) quien respondió gentilmente todas las interrogantes al respecto.
F.- ¿Cuál es la diferencia entre el resfriado y la gripe?
VP.- La Organización Panamericana de la Salud (OPS) difundió una lista de diferencias entre ambas enfermedades. Si bien la gripe tiene como protagonista al nuevo virus H1N1, se asemeja en sus síntomas a la gripe estacional y ambas se diferencian del resfrío tradicional propio de la llegada de las bajas temperaturas en invierno.
F. ¿Cuáles son las principales complicaciones que surgen a raíz de un resfriado o una gripe?
VP.- Las complicaciones de estos cuadros virales tan frecuentes dependen mucho de la edad del paciente, de su estado nutricional y de la presencia de factores de riesgo como la prematurez, enfermedades del corazón y otras.
F.- ¿Cuáles son los principales síntomas en cada tipo de complicación?
VP.- Los principales síntomas en los niños de la sinusitis son: la fiebre, dolor de cabeza, congestión nasal y secreciones nasales amarillentas o verdosas. La infección del oído medio se manifiesta principalmente con dolor de oído y fiebre. La crisis de asma se manifiesta con tos, silbidos en el pecho y dificultad para respirar.
Los cuadros de bronquitis se presentan con fiebre, malestar general, tos productiva principalmente, muy similar a los que podemos encontrar en un cuadro de neumonía,además se agrega dolor en el pecho y frecuentemente dificultad para respirar. Estas complicaciones también pueden desencadenar finalmente un cuadro de insuficiencia respiratoria que puede ocasionar la muerte.
F.- ¿Cuáles las causas más frecuentes en cada tipo de complicación?
VP.- Las causas más frecuentes de todas las complicaciones mencionadas de estos cuadros virales, son las sobreinfecciones bacterianas; así como existen muchos tipos de virus, existen varios tipos de bacterias.
F.- ¿Qué tratamientos son los más efectivos para cada tipo de complicación?
VP.- Sería conveniente mencionar primero el tratamiento para el resfrío y la gripe. Para el tratamiento del resfrío se pueden considerar medicinas con antihistamínicos (antialérgicos), descongestionantes y medicinas anti-inflamatorias. Para el tratamiento de la gripe, además de los mencionados, se debe agregar medicinas retrovirales. Para ello se debe consultar al médico.
El tratamiento de las complicaciones debe ser oportuno y adecuado de acuerdo con cada complicación y a cada paciente. Considerando un tratamiento conjunto de antibióticos, broncodilatadores, antiinflamatorios, oxígeno y fisioterapia respiratoria en el paciente que así lo requiera.
F.- ¿Existen algunos factores de riesgo que contribuyan a que se acentúe el problema en los niños?
VP.- Como he mencionado anteriormente los factores de riesgo en los niños dependen de varios factores, entre ellos la edad del paciente; en los lactantes el cuadro suele agravarse con mayor rapidez en comparación con los niños más grandes. El estado nutricional influye en el sistema inmune que son las defensas que nos protegen, que también influye directamente sobre la evolución del cuadro y las complicaciones. Por último es importante mencionar que los antecedentes de enfermedades que pudieran tener los pacientes, como las del corazón y pulmón, enfermedades relacionadas a la prematurez, van a influir en la evolución de la patología.
F.- ¿Qué ocurre cuando un resfriado no es tratado adecuadamente y es recurrente?
VP.- Cuando el paciente presenta un cuadro de resfrío y reciba o no medicamentos para los síntomas del mismo, la enfermedad evolucionará naturalmente y mejorará dentro de los tres a cinco días.
Si se trata de un cuadro recurrente en los niños, posiblemente se tenga que considerar otros diagnósticos asociados y no solamente resfrío; dentro de ellos podemos mencionar a la hiperreactividad bronquial transitoria, lactantes sibilantes y asma, como las más frecuentes.
También se debe tomar en cuenta que los niños que acuden a guarderías o están en edad escolar pueden contagiarse frecuentemente entre ellos mismos y tener cuadros de resfríos sin pensar necesariamente en otro tipo de enfermedad.
F.- ¿Los resfríos o gripes varían de acuerdo con la temporada en que se presenten?
VP.- Sí, en la época de otoño e invierno se incrementa significativamente la presencia del Virus Sincitial Respiratorio, que es el más frecuente, además del Rinovirus, Adenovirus y Influenza H1N1. Hay que mencionar que se han identificado más de 200 virus del resfrío común.
F.- ¿Cuál es la forma de contagio más común?
VP.- Las formas de contagio son múltiples y están asociadas o relacionadas con el mismo tiempo. El contacto con las manos puede ser también factor de contagio.
F.- ¿Cuán efectiva es la aplicación de la vacuna contra la gripe común?
VP.- Las medidas preventivas son fundamentales para evitar contraer estas enfermedades y por supuesto para prevenir sus complicaciones. Para prevenir los resfríos lávese las manos frecuentemente y evite el contacto cercano con alguien que esté resfriado. Para prevenir la gripe hágase vacunar cada año. Actualmente, la vacunación, además de disminuir el riesgo de infección y transmisión del virus, reduce significativamente la enfermedad y mortalidad relacionadas con la influenza. A partir de los 6 meses de vida pueden recibir la vacuna.
La eficacia de la vacuna de un laboratorio reconocido contra la influenza logra que en promedio el 90% de los adultos y niños saludables vacunados sean protegidos contra la enfermedad. Asimismo, más del 90% de los adultos saludables vacunados son protegidos contra la muerte. En las personas mayores de 65 años, las proporciones son reducidas en aproximadamente 30%. La vacunación modifica la severidad de la enfermedad y las muertes disminuyen entre 31% a 45%.
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