“Se estima que en Bolivia anualmente se practican alrededor de 80 mil abortos a nivel nacional, de los cuales no todos llegan a los centros de salud, sino que en muchos casos son practicados de manera insegura”, aseguró el director nacional de la organización, Ramiro Claure.
La investigación menciona, según 1.386 encuestas efectuadas a mujeres que conforman un hogar, además de realizar estudios en establecimientos de salud del sistema publico, de cada 10 mujeres más de una habría sometido a un aborto.
En las encuestas realizadas en cinco ciudades del país, Santa Cruz, Cochabamba, Sucre, La Paz y El Alto, las mujeres revelan que para ser atendidas para la interrupción del embarazo en algún centro de salud administrado por el Estado, se provocan accidentes por voluntad propia.
“Se ruedan las gradas, levantan pesos, refrigeradores, se meten cosas a la vagina” mencionó Claure al enfatizar en los relatos de las mujeres en la encuesta.
“Estas mujeres que han tenido un aborto en curso llegan con estos casos a estos centros de salud y en estos estos mismos son atendidas por el personal médico, porque es una norma de salud pública que cuando una mujer llega con un aborto en curso tiene que ser atendida”, explicó Claure.
Mientras otro grupo de mujeres optan por efectuar la interrupción de los embarazos directamente en lugares ocultos denominados “clandestinos” donde ni la policía ni la población puede identificarlos. Sin embargo, estos espacios por ser secretos, las mujeres corren el riesgo de morir, pues el personal del lugar no garantiza la vida de la paciente. “Según datos de la encuesta post censal, el 10 porciento de muertes maternas son por abortos, es decir, que la gente se esta muriendo por esta situación de acceder abortos inseguros”, dijo Claure.
El director de Marie Stopes especificó que de estos casos, el 66 por ciento de mujeres embarazadas interrumpieron sus embarazos en lugares clandestinos y el 44 % han tenido el acceso en los centros hospitalarios del sistema público como en el caso del Hospital de la Mujer en La Paz.
En tanto, el representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), Jaime Nadal, el incremento del embarazo adolescente tiene una intima ligazón con la mortalidad a causa del aborto.
De acuerdo a datos del Unfpa, el riesgo de muerte para una menor de 15 años es de cuatro veces mayor, mientras que para una muchacha de 16 a 19 años es de dos veces, es decir, el riesgo de morir se incrementa notablemente ante la intervención de un embarazo.
“Obviamente el aborto es una consecuencia de los embarazos no planificados, pero a mí me parece que es muy importante que pensemos, más allá del problema en las implicaciones psicoafectivas, psicosociales y físicas que tiene para un adolescente un embarazo no planificado”, develó Nadal.
Nadal también detalló que los indicadores oficiales relacionados al embarazo adolescente en el país, que señalan que dos de cada diez menores están embarazadas, no reflejan del todo la realidad, debido a que los índices en adolescentes de menor nivel educativo e ingresos llegaría a un porcentaje de un 30 por ciento (tres de cada diez), mientras que para menores con mayor nivel educativo e ingresos apenas llegaría a un cuatro por ciento (cuatro de cada cien).
Sobre la problemática, la directora ejecutiva de la institución “Católicas por el Derecho a Decidir”, Teresa Lanza, calificó de “irreales” las cifras oficiales sobre abortos. Otras investigaciones realizadas en el país indicarían que anualmente el número de embarazos interrumpidos llegan a superar los 90 mil, siendo esta problemática no sólo la tercera causa de mortalidad, sino también la primera y segunda.
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