Los autores de la Universidad de Alabama (Estados Unidos) incluso aconsejaron apilar esta nutritiva fruta en el freezer. "Pueden ser frizadas para aprovecharlas a lo largo del año. Para hacerlo, conviene ponerlas en una bandeja y, una vez que estén congeladas, guardarlas en una bolsa o contenedor hermético. Luego hay que lavarlas con agua antes de comerlas", aconsejó la especialista Laura Newton.
Newton aclaró que conviene evitar los jugos de arándanos ya que son nutritivos pero suelen contener menos fibras que la fruta entera. Además, estos productos generalmente incluyen azúcar o jaleas agregadas y esto no contribuye a la buena alimentación. Por ese motivo recomendó comerlos frescos. Además, los arándanos no son frutas que engordan demasiado. De hecho, una porción que corresponde a una taza contiene tan solo 80 calorías.
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