Se trata de un proceso o reacción inflamatoria exagerada del sistema de defensa del organismo, ante diferentes agentes externos o también llamados alérgenos, a los que la mayoría de la población no produciría respuesta alguna. Esto significa que el sistema inmunitario está actuando de manera desproporcionada y con un nivel de alerta muy alto ante pequeños estímulos totalmente inofensivos para el resto de las personas.
Este proceso puede manifestarse como una reacción alérgica en todo el cuerpo, como un eczema cutáneo, asma, rinitis o bien solo como una forma ocular pura. En este último caso, los principales síntomas son: picazón, lagrimeo excesivo, ojos rojos, secreción, inflamación o edema en los párpados. Dichas manifestaciones pueden provocar, en casos muy severos, una mala calidad de vida y hasta una pérdida del rendimiento laboral o escolar.
Las recomendaciones principales cuando se inicia un tratamiento se basan en evitar el contacto con el alérgeno, lo cual desafortunadamente no siempre es sencillo. Los principales agentes que provocan o empeoran un cuadro alérgico son: el polvo, polen de las plantas, agentes químicos, humo de cigarrillo y gases de la combustión de hidrocarburos, pelo de animales domésticos y algunos alimentos; entre otros.
El tratamiento debe iniciarse en forma conjunta entre el oftalmólogo especializado y el inmunólogo, quienes realizarán los estudios de diagnóstico para determinar el tipo y el grado de afección y las diferentes pautas de tratamiento y prevención. Los tratamientos principales se basan en el uso de agentes antihistamínicos o antiinflamatorios locales, sistémicos o combinados.
Puede ser de gran ayuda la aplicación de paños fríos y los lavados de los ojos con solución fisiológica fría. También, en ciertas ocasiones, la aplicación de colirios de esteroides suaves es un buen complemento; aunque se debe tener especial cuidado debido a los efectos adversos que estos pueden producir a nivel ocular. El tratamiento en la mayoría de los casos alivia los síntomas. Sin embargo, la condición tiende a reaparecer si continúa la exposición al agente irritante.
RECOMENDACIONES
• Mantenga los ambientes ventilados.
• Trate de evitar las alfombras y peluches en los dormitorios de los niños e intente no utilizar aspiradoras.
• En la medida que dependa de usted, evite la exposición a gases y agentes químicos.
• Evite el contacto excesivo con las mascotas.
• Utilice anteojos de sol para protegerse del viento.
• Mantenga las ventanillas cerradas de los vehículos en épocas de polinización.
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