Su riqueza en ácido láurico es casi idéntica a la leche materna. Mejora las digestiones, acelera el metabolismo y ayuda a adelgazar, aporta energía, contiene propiedades nutritivas, cosméticas, calmantes, regenerativas. Antiséptico, antioxidante, antibacteriano, antimicótico, hipotoiroidismo, osteoporosis, diabetes, estabiliza el azúcar en la sangre, arteriosclerosis, problemas de corazón, menopausia, estrés, ansiedad, arrugas, problemas de piel, hipertensión, fatiga crónica. Tomar de una a tres cucharadas soperas al día, directamente. Freír, guisar y hornear los alimentos o bien en crudo. Sustituir por la mantequilla, margarina o aceite.
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