Puede empezar con visión doble (diplopía), mareos, problemas intestinales, fatiga, hormigueo en la planta de los pies, falta de fuerza en las piernas y, muchas veces, inestabilidad y desequilibrio al andar. Pero el mayor problema es que pueden darse otros muchos síntomas y todos ellos aparecen de forma esporádica. Llega un momento que, tras acudir al médico, encuentran nombre a lo que pasa y parece que el mundo se derrumba: esclerosis múltiple. Según los datos de Esclerosis Múltiple España (FELEM), "el 70% de estos pacientes acaba teniendo problemas de movilidad a los 10 o 15 años desde su diagnóstico, el 40% de ellos necesita algún apoyo para caminar (como muletas o bastones) y un 25% necesita una silla de ruedas"./
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