Menos sol, menos enfermedades. La profesional señala que el envejecimiento cutáneo incluye dos fenómenos independientes: uno es el envejecimiento real y otro es el proceso del envejecimiento de la piel por la exposición crónica al sol, que representa un desgaste acelerado que puede ser evitable, si se disminuye la exposición a los rayos solares. "También existe una infinidad de productos indicados para prevenir y contrarrestar estos cuadros", dice la especialista, que tiene su consultorio en la galería Casco Viejo, calle 21 de Mayo, Of. 137, 1er piso. Teléfono: 3-344361.
Sequedad. Sempértegui dice que la sequedad afecta a un 90% de los abuelos y se debe a la reducción de estrógenos en el organismo. Sus síntomas son el escozor por la falta de lubricación que antes esta tenía. Además, se pueden presentar escamas. "Si le pica la piel es porque está sufriendo de sequedad", asegura la profesional. Para estos cuadros los productos adecuados son las células madre, hidratante con urea, vitamina C y colágeno. Estas sustancias se encuentran tanto en las cremas como en los alimentos y el uso de los dos es necesario. "No basta solo con el uso de solo uno de estos, tiene que complementarse con los dos", dice la profesional.
Manchas. La acumulación de la radiación produce manchas en la piel, denominadas léntigos. Estas pueden dañar de tal manera el núcleo de las células que pueden deformar y provocar un cáncer, sobre todo si alguien en la familia sufrió de cáncer, se debe proteger siempre. Cuando están en el punto más delicado, se convierten en úlceras y escamas. "Cuando las manchas cambian de color, tienen los bordes difuminados y crecen, es una señal de que estas son malignas", dice la profesional.
Xerosis. Se presenta con el engrasamiento de la piel, que adquiere un tono amarillo, opaco y sin vida. "La piel es el reflejo de lo que somos por dentro. Por las características propias de la edad, los baños deben ser cortos, con agua tibia y jabón neutro", recomienda.
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