Controlar el pulso cardíaco es fundamental para cuidar la salud del corazón y detectar a tiempo problemas que pueden generar múltiples consecuencias. Prestar atención al ritmo en el que late el corazón puede delatar fallas en su funcionamiento, como por ejemplo la arritmia cardíaca: un conjunto de problemas que hacen que el corazón lata demasiado lento o demasiado rápido. El pulso acelerado, habitualmente conocido como taquicardia, presenta una frecuencia mayor a 100 latidos por minuto estando en reposo. Se puede manifestar como palpitaciones que se deberán investigar para conocer su causa y así encontrar un tratamiento adecuado. La taquicardia puede ser la expresión de una deshidratación, dado que el cuerpo compensa la falta de líquido en el organismo aumentando la frecuencia cardíaca, o una sobrehidratación por exceso de líquidos, que puede determinar un cuadro de insuficiencia cardíaca.
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