La primera porque cada invierno el virus que produce la influenza se propaga con más facilidad. Las segundas porque la dosis que reciben para el tétanos, difteria y tos ferina en la niñez no son suficientes y hay que reforzarlas. La tercera porque los adultos y adolescentes son los más propensos en contraer varicela y la cuarta, porque ayuda a prevenir el cáncer de cuello uterino en las mujeres y las verrugas en el pene, en los hombres.
Es probable que además de las citadas, el adolescentes necesite otras más, pero para ello hay que consultar a su médico. Asimismo, se recomienda que a cualquier edad, es bueno realizar chequeos médicos frecuentemente.
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