La especialista en Endodoncia, Daniela Siles Bravo, señala que este mal afecta a un gran porcentaje de la población, entre el 10 al 20 por ciento, y puede conllevar dolores de cabeza, en los músculos de la mandíbula, el cuello y los oídos.
Explica que debido al hábito de rechinar los dientes del paciente, éste se provoca un desgaste dental y en casos extremos fracturas dentales, aunque de lo que primero se suele quejar es de dolor en la articulación temporo-mandibular y en los músculos, que puede irradiarse hacia la cara y el cuello.
La doctora Siles señala que a pesar de las investigaciones realizadas para conocer el origen o causas que provocan este mal, aún se desconocen y, por tanto, los tratamientos no siempre tienen resultados efectivos.
Asimismo, señala que hoy en día el bruxismo se relaciona con actividades parafuncionales, las cuales presentan factores externos, internos y psicológicos. El primero se refiere a que el paciente tiene una mordida inadecuada de su dentadura. El segundo se basa en las deficiencias nutricionales, índice deficitario de calcio, hipovitaminosis, alteraciones gastrointestinales, parásitos, modificaciones en la presión sanguínea y otros. Y, el tercero, está vinculado a una agresión oral reprimida, debido a conflictos emocionales subyacentes y se dirige a resolver el conflicto asociado con la tensión emocional.
Según la doctora Siles, las consecuencias de este mal se traducen en el desgaste de las piezas dentarias y fracturas de las mismas, como así también disfunción de la articulación témporo-mandibular y pérdida de la estética facial entre las patologías de menor grado y dolor de cabeza y oídos.
Por otro lado, Siles dijo que a diferencia de las caries y las enfermedades de la encía en las que la prevención juega un papel importantísimo, el bruxismo es un hábito involuntario de difícil prevención. En cualquier caso, la prevención iría encaminada a reducir las causas que lo producen.
La especialista recomienda tener una boca completamente sana: sin caries, sin ningún tipo de infección y con las encías sanas, evitar comer alimentos muy duros, tomar mucha agua todos los días y dormir bien e intentar reducir el estrés diario.
Lo más importante cuando hablamos del bruxismo es establecer el diagnóstico precoz. Una vez que somos conscientes y entendemos este hábito, es más fácil ponerle remedio mediante medidas terapéuticas y preventivas que lo controlen, reduzcan y supriman.
Este problema afecta a entre el 10 y el 20 por ciento de la población y le provoca dolores de cabeza, mandíbula, cuello y oídos
Morderse las uñas es peligroso, sobre todo porque provoca microtraumatismos en los dientes (pequeñas roturas) y afecta mucho a la articulación de la mandíbula. Tampoco es muy recomendable morder hielo o lápices, ya que se pueden causar en los dientes daños irreparables.
Tratamientos para prevenir daños permanentes
Los objetivos del tratamiento son reducir el dolor, prevenir el daño dental permanente y disminuir el rechinamiento de los dientes todo lo que se pueda.
Dependiendo de cada caso, el tratamiento a seguir puede basarse en la combinación de las siguientes medidas: aplicar calor seco y húmedo en los músculos de la mandíbula, realizar estiramientos para recuperar el equilibrio normal de la acción muscular y articular, masajear los músculos del cuello, de los hombros y de la cara, así como reducir el estrés diario mediante técnicas de relajación, aplicación de una férula de descarga para proteger los dientes y reducir el rechinamiento de éstos.
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