Anoche no podía dormir y tomé otra vez una pastilla”. Esta confesión se hace cada vez mas recurrente en los consultorios de los médicos que atienden a mujeres angustiadas por los problemas familiares. El siquiatra Ronald Jiménez, del Centro de Salud Mental de Santa Cruz, indica que, según estudios, las mujeres reaccionan más a los estímulos negativos y eso las hace más vulnerables a la mayoría de los trastornos que comprometen las emociones.
Las mujeres son más vulnerables a las presiones
El estudio Adicciones en Mujeres, elaborado por el Colegio Oficial de Sicólogos de Las Palmas, en España, en 2002, sostiene que las mujeres ingieren alcohol o alguna pastilla bajo pretextos de una falsa sociabilidad: para poder aguantar a los niños, relajarse antes de una junta, para levantarse, antes de salir de compras, para poder tener relaciones sexuales, para perder peso, dormir o despertar, para aliviar la fatiga, por la falta de confianza en sí misma, aburrimiento, frustración o, alivio para el estrés. El estado civil y la edad de la mujer también influyen en la determinación de consumir cierta sustancia tóxica.
Factores asociados al consumo de sustancias:
-Problemas sexuales
-Desestructuración familiar
-Violencia y pobreza
-Tendencia a exteriorizar problemas a través de dolencias físicas
-Anatomía femenina. Por el peso corporal menor al del varón la mujer necesita menor cantidad de sustancias para intoxicarse.
-Grupo social. El estado civil y la edad de algunas mujeres influye en la determinación de consumir alguna sustancia.
¿Y en Santa Cruz?
Faltan datos fidedignos que puedan expresar el consumo real de sustancias en su distribución por género. Solo como referencia, un 83% de las internaciones para desintoxicación que se registran en el Centro de Salud Mental son varones y un 16% son mujeres.
Según la Dra. Myriam Illescas, especialista en medicina interna y directora del Centro de Medicina Integral y Ortomolecular (Cemior), las adicciones se dan con más frecuencia en los hombres, pero en los últimos años la frecuencia tiende a igualarse, siendo las más comunes el alcoholismo, el tabaquismo, el uso de benzodiazepinas, sedantes, marihuana, etc.
Sustancias más adictivas
Jiménez indica que, según estudios, la nicotina, los derivados de la morfina, o la pasta base de cocaína son los más adictivos.
Las más destructivas
El daño estructural del cerebro se ve más acentuado y en menor tiempo en usuarios habituales de pasta base o crack, así como los inhalantes, indica Jiménez.
Nos afectan integralmente
Dice Jiménez que cualquier droga puede ser capaz de perjudicar de la misma manera. Dice Illescas: “difícilmente se encuentra una drogodependiente que no esté absolutamente deteriorada y desmadrada en su conducta. Ellas pierden todo, incluidos los hijos. La familia las abandona directamente y las discrimina mucho más que si fuese un hombre o el padre de familia".
Los tratamientos deben ser personalizados
Dice Illescas que en un adicto existen también componentes sicológicos y genéticos que los llevan a mantener una adicción. Tomando en cuenta estos elementos, es que se debe tratar al paciente de forma individual, integral y científica.
Lo primero es querer
Jiménez dice que es preciso que el paciente tenga al menos un mínimo deseo o necesidad de recobrarse de su problema, de otra forma no se esforzará para recuperarse.
Luego, apoyo del entorno
Ronald Jiménez opina familia y amigos son utilidad para iniciar el tratamiento.
Y una gran motivación
Algunas personas pueden salir por sí mismas gracias a una fuerte motivación o a la influencia de otros, lo que no es fácil, porque el consumo de sustancias trae consigo experiencias placenteras o necesidad de usarlas para evitar efectos desagradables.
Hay que reconocer y querer
La persona tiene que admitir la adicción y luego tener la voluntad de sanar. Caso contrario abandonará la terapia.
Tabú
Tímidamente se reconocen las adicciones femeninas y, por tanto, son escasos los tratamientos específicos para ellas
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