El humo del tabaco parece no tener barreras. Una vez que entra en el organismo, es capaz de dañar a los pulmones, al cerebro, a las arterias y también a los huesos, según demuestra una investigación. Esta revisión de estudios demuestra que fumar también afecta a la curación de las fracturas, retrasando y dificultando una consolidación adecuada de los huesos. Después de repasar 20 trabajos que se habían publicado sobre el tema en la literatura médica, los autores de este trabajo encontraron que los fumadores tenían un riesgo 2,3 veces mayor de que sus fracturas de huesos largos -como el fémur o la tibia- no se unieran adecuadamente tras un accidente.
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