Entre los tipos de fibra más estudiados y documentados en la actualidad destaca el betaglucano, principal componente de la fibra de algunos cereales como la avena. Se caracteriza por contener hidratos de carbono no digeribles y por su gran viscosidad, responsable de su efecto sobre el metabolismo de lípidos y de hidratos de carbono. Su acción produce la disminución de los niveles de colesterol en la sangre.
“La evidencia científica indica que de cinco a diez gramos al día de fibra viscosa (betaglucano) puede reducir el LDL-colesterol en un 5%”, escribe Ángeles Carbajal Azcona, doctora en Farmacia y titular de Nutrición en el Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, en www.informacionconsumidor.com.
Los efectos
“La capacidad del betaglucano para reducir los niveles de colesterol está relacionada con dos de sus características, su viscosidad y fermentabilidad. Éste forma geles viscosos que atrapan a los ácidos biliares en el intestino, reduciendo su circulación enterohepática y reutilización y aumentando su eliminación por las heces”, expone la especialista.
Los ácidos biliares, que se sintetizan en el hígado gracias al colesterol, son necesarios para la digestión y absorción de la grasa de los alimentos.
“Esta mayor eliminación de ácidos biliares provocada por la presencia del betaglucano, reduce la absorción de grasas y colesterol en el intestino”, explica.
Además, el hígado se ve obligado a producir más ácidos biliares utilizando el colesterol de la sangre, con lo que finalmente se reducen los niveles de colesterol.
El consumo
Para que la acción de la avena sea efectiva, es recomendable la ingesta diaria. “Basta un vaso con este cereal remojado en agua fría. Eso sí, su efecto depende de que se combine con otros alimentos bajos en grasas, como frutas y verduras”, explica la doctora María Teresa Rivera.
Cambios en la dieta diaria, así como ejercicios de forma periódica forman parte importante en la lucha contra el colesterol. “Para que la avena no se torne aburrida, se la puede tomar con yogurt natural, con leche o agregando una cuchara del cereal en sopas y guisados”, sugiere Rivera.
Fuentes: Ángeles Carbajal, en informacionconsumidor.com, y María Teresa Rivera, médico general
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