El acceso a la información sobre el cuidado de la vista, a una consulta oftalmológica o a una cirugía son las claves para poder frenar a tiempo la pérdida de visión en un país que sólo cuenta con 350 oftalmólogos, explicó a Efe la coordinadora general de la Fundación en el país andino, Patricia Tárraga.
La cifra sobre personas con ceguera o visión casi nula pertenece a la Sociedad Boliviana de Oftalmología, si bien el sistema público sólo reconoce legalmente 5.000 casos, indicó Tárraga, quien apuntó que Bolivia no cuenta con un plan de salud ocular.
Actividades cotidianas como leer un libro en el autobús o que los niños hagan sus tareas en el patio de la escuela se convierten en prácticas arriesgadas para la vista en las regiones del altiplano debido al alto índice de radiación solar en esas zonas, a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar.
A ello se suman la sequedad de las zonas más altas y los fuertes vientos, señaló Tárraga.
La desinformación hace que enfermedades oculares que eran evitables se ceben en los niños, como en el caso de la ciudad de El Alto, vecina a La Paz y situada a 4.000 metros de altitud.
Según la Fundación Ojos del Mundo, 4 de cada 10 estudiantes en esa ciudad boliviana necesitan gafas, la mayoría con una graduación mayor a dos dioptrías, y los porcentajes de menores que sufren glaucoma o cataratas también es elevado.
Tárraga recuerda especialmente el caso de una familia de escasos recursos con cinco hijos que pidió ayuda a la Fundación porque a una de sus niñas, de cinco años, le habían prescrito lentes, pero éstas costaban 500 bolivianos (unos 70 dólares, 54 euros) y ellos vivían con 30 bolivianos al día (unos 4 dólares, 3 euros).
Esa misma familia tenía un hijo de 18 años completamente ciego desde los 12 por un glaucoma no tratado a tiempo. "Era un mueble, su familia se negaba a aceptar que no veía", lamentó Tárraga.
La experta expuso este ejemplo como ilustración de dos casos en una misma familia en el que uno de ellos pudo tratarse a tiempo, evitando una nueva ceguera, ya que la niña a la que en la óptica le habían prescrito gafas sufría en realidad glaucoma, que habría acabado desarrollándose por falta de tratamiento.
La Fundación Ojos del Mundo aboga por la necesidad de un plan nacional de salud ocular en Bolivia, donde está presente desde 2003.
En este tiempo, han trabajado para apoyar al sistema público de sanidad, atendido más de 70.000 consultas y realizado unas 1.000 cirugías gracias a médicos españoles y argentinos que se trasladaron al país andino para operar gratuitamente a personas sin recursos.
"Realmente hace falta mucha educación", sostuvo Tárraga.
Por ello, las acciones de esta organización se centran ahora en la educación oftalmológica y en formar a médicos generalistas para que sean capaces de detectar problemas de visión y remitirlos a un especialista, especialmente en las zonas rurales, donde ya han montado tres consultorios con este fin.
No leer ni hacer las tareas bajo el sol, porque el papel refleja los rayos solares y los dirige a los ojos, y usar sombreros de ala ancha -más asequibles que las lentes de sol- son los principales consejos sobre los que insiste Ojos del Mundo para conservar una buena vista.
También subraya la importancia de lavarse "mucho" las manos, ya que con la sequedad del altiplano "pican mucho los ojos", y frotarse con las manos sucias es causa frecuente de infecciones oculares (conjuntivitis).
Su objetivo es que para el año 2020 "no haya ciegos innecesarios" en el país, agregó.
Además, Tárrega destacó el apoyo recibido de instituciones como la Agencia Española de Cooperación Internacional y al Desarrollo (AECID), la Fundación ONCE para América Latina, la Fundación Repsol y el Ayuntamiento de la ciudad española de Barcelona.
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