La causan varios trastornos, siendo el principal la baja producción de la hormona insulina, secretada por las células β de los Islotes de Langerhans del páncreas endocrino, o por su inadecuado uso por parte del cuerpo, que repercutirá en el metabolismo de los hidratos de carbono, lípidos y proteínas.
Los síntomas principales de la diabetes mellitus son: fatiga, malestar general, nauseas, eliminación de grandes cantidades de orina (Poliuria), aumento anormal de la necesidad de comer ( Hambre exagerada, Polifagia), aumento de la sed (Polidipsia), y pérdida de peso sin razón aparente, infecciones frecuentes, úlceras que no sanan, visión nubosa y pérdida de peso. Sin embargo, hay algunos casos, en los que las personas no experimentan ninguno de estos síntomas.
La Organización Mundial de la Salud reconoce tres formas de diabetes mellitus: tipo 1, tipo 2 y diabetes gestacional (ocurre durante el embarazo) cada una con diferentes causas y con distinta incidencia. Los niveles altos de glucosa causados por la diabetes pueden también desencadenar en complicaciones en los vasos sanguíneos, nervios, ojos, dientes, piel, pies e inclusive en su corazón. Estas complicaciones pueden ser evitadas en su totalidad manteniendo los niveles de glucosa, colesterol, triglicéridos dentro de los valores normales en la sangre y también el control de la presión arterial.
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