Siempre sucede lo mismo, nos pasamos el invierno deseando que llegue el sol y, cuando por fin es verano, nos abruman las alertas de lo peligroso que es exponerse demasiado o sin protección. Y sí, es una irresponsabilidad tomar el sol sin crema protectora, ¡pero también puede ser bueno! Los días más largos y el buen tiempo no solo contribuyen a mejorar nuestro humor, sino que la exposición al sol también tiene innumerables beneficios para la salud.
Como señala el doctor Tomás Rodelgo, médico de Atención Primaria y experto de Onmeda.es, "en España tenemos la suerte de poder disfrutar de los beneficios de la exposición solar, que mejora la respuesta muscular e inmunológica, la resistencia en pruebas de tolerancia y disminuye nuestra presión sanguínea". Y, añade, "reduce la incidencia de infecciones respiratorias; disminuye el colesterol y aumenta la hemoglobina que transporta el oxígeno en la sangre".
Las consecuencias de todo ello son, según explica Rodelgo, "una mejora de la capacidad de trabajo cardiovascular y de la respiración (especialmente en asmáticos), la estimulación de las terminaciones nerviosas y un aumento de la síntesis de vitamina D, por lo que ayuda a calcificar nuestros huesos y nuestros dientes". Y es que tomando el sol se pueden llegar a cubrir hasta el 80% de las necesidades de vitamina D del organismo, mientras que el 20% restante se consigue a través de la dieta.
La vitamina D está presente también en alimentos como el pescado, los huevos o la leche pero, lo cierto es que más de una encontrará en esta noticia una excusa perfecta para broncearse bajo el sol. Eso sí, recuerda que debes hacerlo con precaución y de forma segura, ¡por ti y por tu piel!
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