Se calcula que un tercio de la población puede estar infectado por la bacteria que causa la tuberculosis.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año entre 8 y 9 millones de personas son diagnosticadas de tuberculosis, y más de 1 millón fallece.
Aunque la vacuna de la tuberculosis BCG es bastante efectiva y fue utilizada durante décadas, ha fallado en prevenir la infección de la tuberculosis en el pulmón.
Refuerzo
La nueva vacuna, desarrollada por el equipo de Fiona Smaill, de la Universidad McMaster en Hamilton (Canadá), no va a reemplazar a la vieja vacuna, pero está diseñada para ser suministrada después de la vacuna inicial de BCG con el fin de estimular la inmunidad que provoca ésta.
Virus de la gripe
La base de esta nueva vacuna es un virus de la gripe genéticamente modificado llamado adenovirus humano recombinante tipo 5 o AdHu5.
El vector viral, que es el encargado de los productos que combaten la tuberculosis, está cargado de un material genético que se comunica activamente con el sistema inmunológico y ayuda a repeler el tipo de bacteria que causa la tuberculosis en el pulmón.
Para valorar la eficacia de la vacuna, los investigadores la pusieron a prueba en 24 voluntarios sanos y descubrieron que ésta generaba una respuesta inmunológica adecuada en los individuos previamente inmunizados con la tradicional BCG en comparación con los individuos no inmunizados con BCG.
Segura en humanos
Los resultados mostraron que la vacuna, en general, era bien tolerada y no se observaron efectos secundarios graves.
Los investigadores subrayan que aunque el virus de la gripe fue usado en la creación de la vacuna, no se presentaron un efectos significativamente negativos en la potencia de la vacuna.
Por eso, añade, los datos muestran evidencias de que la vacuna AdHu5 podría ser una buen complemento a los programas de inmunización humana.
"Somos los primeros en haber creado una vacuna así contra la tuberculosis", señala Fiona Smaill, directora del estudio clínico.
"El control de la tuberculosis encuentra su mayor desafío en la alta incidencia de la tuberculosis resistente a múltiples medicamentos", añade.
Más de una década
La vacuna de McMaster llevó más de una década de fabricación y sus autores comenzaron el primer ensayo clínico en humanos en 2009, con 24 voluntarios sanos, incluidos 12 que fueron previamente vacunados con BCG.
"El objetivo principal era analizar la seguridad de una dosis de una sola inyección de la vacuna —dijo Zhou Xing, profesor de Patología y Medicina Molecular y del Centro de Investigación de Inmunología McMaster—, así como su potencia para activar el sistema inmunológico.
En 2012 se estableció que la vacuna era segura y se observó una fuerte respuesta inmune en la mayoría de los participantes del ensayo, pero Xing reconoce que se necesitan más ensayos clínicos para medir el verdadero potencial de la vacuna.
"Como un médico que atiende a los pacientes con tuberculosis, incluyendo aquellos que están infectados por el VIH, me doy cuenta de lo importante que va a ser esta vacuna para controlar esta infección", agregó la líder de esta investigación.
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