Síntomas. Generalmente, los efectos secundarios suelen aparecer a las pocas horas después de la cirugía y se resuelven por sí solos a las pocas horas, pero en algunos le puede durar de uno a dos días. Los síntomas más comunes son nauseas, dolor de cabeza, dolor en los músculos o las articulaciones, somnolencia. "En el proceso de la eliminación de los fármacos las personas deben evitar hablar y utilizar almohada, dado que así podrá prevenir dolores de cabeza posteriores", resaltó la especialista.
No coma antes de la anestesia. Es muy importante no ingerir ninguna clase de alimentos sólidos seis horas antes y líquidos, dos horas. "Estar en ayunas previene vómitos durante la anestesia y evita que se inhale el contenido gástrico y pase a los pulmones", explicó la experta. Puesto que los pulmones quedan desprotegidos de los reflejos naturales de las vías respiratorias, como la tos, durante la anestesia general.
Qué controlar durante la anestesia. La frecuencia cardíaca, la presión arterial, la saturación de oxígeno en la sangre, la temperatura. Este control revela si el paciente se adapta a la anestesia en función de las necesidades y además, brinda parámetros para actuar oportunamente si se presentan complicaciones. "Una disminución de la presión arterial o el aumento de la frecuencia cardiaca puede ser, por ejemplo, el primer signo de alergia o de sangrado, pero puede estar simplemente relacionado con la cirugía. El anestesista tiene que valorarlo y estar presente hasta que el paciente se haya recuperado", sostuvo Ríos.
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