Los lunares de apariencia inofensiva lucen sensuales y coquetos, dependiendo de la ubicación en el rostro o cuerpo. Sin embargo, pueden encubrir la presencia de un tumor que en principio parece benigno, pero que con su evolución en el tiempo se convierte en maligno.
La dermatóloga especializada en cáncer de piel, Gila Isman Nelkenbaum, explicó cuál es la evolución normal que debe tener el lunar, cómo darse cuenta que un lunar está cambiando, cuáles son los tratamientos actuales para solucionar el problema y cómo prevenir la presencia de esta enfermedad mortal.
“Los lunares son lesiones en la piel de tipo benignos que suelen aparecer desde nacimiento hasta los 40 años, estos pueden estar expuestos al sol y otros no. Los lunares aparecen por genética, por ejemplo: si la madre o el padre tienen muchos o pocos son heredados por los hijos aunque no en todos los casos”, explicó Nelkenbaum.
Existe varios tipos de cáncer de piel, siendo el más peligroso y agresivo el melanoma que puede estar encubierto como un lunar inofensivo. El melanoma tiene distintas ubicaciones como la boca, los ojos, manos, uñas, pies o genitales.
“En los niños es poco frecuente encontrar el melanoma. El riesgo comienza en la juventud entre los 20 a 30 y sube con la edad. Por esta razón es necesario asistir a consulta dermatológica para una revisión de rutina de los lunares y lesiones que se tengan en la piel, para descartar cualquier indicio”, aseguró la especialista.
CAMBIOS
La dermatóloga afirmó que los cambios normales que sufren los lunares son un crecimiento que va de la niñez y en proporción con el desarrollo del cuerpo del niño, adolescente y adulto.
“Sin embargo, si aparece un lunar a partir de los 40 años se debe prestar mucha atención, porque es algo sospechoso, se debe observar si con el tiempo sufre alguna modificación en su forma y cambio de color”, reiteró la especialista.
Otros aspectos muy importantes que se deben considerar en la evolución de un lunar son aquellos que llevan por letra inicial ABCDE y que se describen de la siguiente manera:
1.- Asimetría.- Si al trazar una línea imaginaria por la mitad del lunar se nota que alguna de las partes no tiene simetría.
2.- Borde.- Los lunares con bordes irregulares.
3.- Color.- Los lunares por lo general tienen un color oscuro o claro, pero no deben ser azules, blancos, negros o tener tres tipos de tonalidades distintas.
4.- Diámetro.- Los lunares que tengan más de 6 milímetros de diámetro pueden ser peligrosos.
5.- Evolución.- Los lunares que con el paso de los años comienzan a sangrar, picar, tienen escamas, tienen cambios de color, tamaño y bordes deben ser motivo de revisión inmediata.
“La visita a dermatología debería ser una vez por año en especial aquellos que tienen bastantes lunares en la piel y algunas lesiones. Como sucedió en algunos casos que vinieron por otra causa y terminé descubriendo un lunar cancerígeno en su piel”, recordó la especialista.
Los tonos de los lunares varían de acuerdo con la región donde se encuentren así por ejemplo: unos pueden ser azules que los encontramos en el dorso de la mano o cara que son de nacimiento, lo importante será prestar atención a los posibles cambios que se tenga.
Los problemas de cáncer en la piel se deben a exposición solar durante muchos años y esto es frecuente en personas de 50, 60 y 70 años que presentan quemaduras que datan de mucho tiempo y luego se manifiestan.
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