El estudio, publicado en la revista ‘Animal Welfare’, concluye que son necesarios protocolos de actuación multidisciplinares que impliquen a diferentes sectores de la administración.
El trastorno por acumulación de animales (‘animal hoarding’) es un trastorno psiquiátrico que consiste en acumular un gran número de animales de compañía en casa, normalmente perros y gatos, sin proporcionarles los mínimos cuidados.
Investigadores del IMIM decidieron hacer este estudio porque se trata de un trastorno aún poco conocido y que tiene consecuencias tanto para la salud de las personas que lo sufren como para la de los animales.
“Este es el primer paso para el reconocimiento social de este trastorno que preocupa cada día más a las administraciones, ya que se está convirtiendo en un grave problema de salud pública”, ha señalado la investigadora del Grupo de investigación en ansiedad, trastornos afectivos y esquizofrenia del IMIM y de la “Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud” del Departamento de Psiquiatría de la UAB, Paula Calvo.
La experta ha denunciado que “aún no existen protocolos de actuación estandarizados para intervenciones en estos casos”.
Actualmente, cuando se detecta un caso, el ayuntamiento afectado retira los animales, pero no se da ningún tipo de atención a la persona que lo sufre, ha explicado la autora del estudio.
La persona que padece el ‘Síndrome de Noé‘ no reconoce que sus animales están mal y en poco tiempo vuelve a reincidir.
A veces estos animales se encuentran en niveles críticos y evidentes de desnutrición, deshidratación, de infestación parasitaria, con enfermedades o cría incontrolada y todo ello en un espacio con muy pocas medidas higiénicas, según el estudio.
Datos en Europa
Los investigadores creen que este trastorno tiene implicaciones en “salud mental, bienestar animal y salud pública” y, por ello, han expuesto que “reconocer su presencia en nuestra sociedad es el primer paso para poder identificar y detectar precozmente los casos y enfrentarnos lo más eficientemente posible”.
El grupo del IMIM está trabajando con la administración para crear protocolos de actuación multidisciplinares, y que cuando aparece un caso se activen diferentes sectores como protección animal, salud pública o bienestar social.
Según el IMIM, este es el primer trabajo que aporta datos sobre este síndrome en Europa y se ha podido realizar gracias a la relación de los investigadores con entidades dedicadas a la protección de animales.
Este hecho les hizo entrar en contacto con varios casos de la enfermedad y despertó su interés sobre el tema.
Al ver que había un vacío en el entorno europeo decidieron ponerse en contacto con la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) y analizar de forma retrospectiva los casos que habían recogido en su base de datos desde 2002 hasta el 2011.
Crearon un cuestionario para los técnicos que habían participado en estos casos y se clasificó y estandarizó toda la información de que disponía la entidad.
Hasta ahora, la investigación que existía se había hecho en EEUU, Canadá y Australia, pero con este estudio se ha mostrado, por primera vez, que este trastorno mental también se da en Europa y con características similares, aunque, por ahora no se tienen todavía datos para saber el porcentaje de población que lo padece.
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