La investigación publicada en Stroke, una revista de la American Heart Association (asociación cardíaca), también halló que la depresión y el estrés excesivo aumentan las posibilidades de padecer un ataque cerebral.
Para el estudio, más de 6.700 adultos de entre 45 y 84 años respondieron cuestionarios sobre su ánimo y su comportamiento.
En las encuestas se evaluaron el estrés crónico, la depresión, la ira y la hostilidad de las personas a lo largo de dos años. Las calificaciones más bajas indicaban que tales síntomas se presentaban con menos frecuencia.
Los sujetos no reportaban males cardíacos al inicio del estudio.
Luego, los investigadores hicieron seguimiento a estos individuos a lo largo de ocho y 11 años, durante los cuales 147 de ellos sufrieron infartos cerebrales y 48 fueron víctimas de un ataque isquémico transitorio (TIA), un bloqueo temporal del flujo de sangre al cerebro.
El estudio halló que quienes registraron las calificaciones más altas de hostilidad --medida según el cinismo en las expectativas de una persona sobre las motivaciones de otra-- tenían el doble de riesgo de sufrir un infarto cerebral o un TIA, comparados con los que registraban notas más bajas.
Asimismo, los altos índices de síntomas depresivos se tradujeron en 86% de alto riesgo, mientras los estresados crónicos enfrentaron un 59% de riesgo.
Tal vez sorprendentemente, la ira no se asoció a ningún riesgo de ataque cerebral.
En el estudio participaron blancos, negros, mestizos y asiáticos.
"Se hace demasiado énfasis en los factores de riesgo tradicionales, como el nivel de colesterol, la presión arterial, el tabaquismo, etc. Estos factores son muy importantes, pero estudios como éste muestran que las características psicológicas también lo son", señaló la principal autora del estudio, Susan Everson-Rose, profesora asociada de medicina en la Universidad de Minnesota en Minneapolis.
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