lunes, 14 de julio de 2014

Mujeres: problemas del suelo pélvico

Luego del embarazo

¿Qué es el piso pélvico?

Es un sistema de músculos, ligamentos y orificios que cierran el suelo del abdomen, manteniendo en posición correcta y, en suspensión, la vejiga, el útero y recto.

El suelo pélvico, en otras palabras, es el que tiene que soportar en contra de la fuerza de los órganos abdominales, el peso de la vejiga cuando está llena y, todavía más difícil, el del útero durante los nueve meses de gestación.

La doctora Elizabeth Lost, ginecóloga de la Clínica Las Condes, explica que “la bipedestación en este sentido tuvo un efecto dañino para el ser humano, al cambiar la distribución del peso y el eje en que se ordenan los órganos”. Se suma a esto, señala la especialista, el hecho que la expectativa de vida ha ido aumentando progresivamente (...).

Nos hemos vuelto también más exigentes en cuanto a calidad de vida; trabajamos en ambientes cada vez más demandantes y tenemos que mantenernos en buena forma por más años.

Es así, explica la doctora Lost, “como el término piso pélvico se escucha ahora con más frecuencia, ya que su disfunción tiene relación con varias incomodidades que pueden afectar la calidad de vida de la mujer, como son la incontinencia de orina, los prolapsos genitales y la incontinencia de gases y deposiciones”.

Pero por la estigmatización social negativa que podría tener reconocer ser portadora de una de estas patologías, afirma la ginecóloga, “muchas veces se ocultan y se padecen en silencio”.

DISFUNCIONES Y PREVENCIÓN

El doctor David Cohen, ginecólogo de CLC, explica que el porcentaje de mujeres que presentan disfunciones del piso pélvico “es variable, dependiendo del grupo etario. En el periodo post reproductivo hasta 40 por ciento de las mujeres puede presentar algún tipo de prolapso genital y hasta 50 por ciento , algún nivel de incontinencia orinaria. Respecto de la incontinencia anal, ésta puede aparecer hasta en un 15 por ciento de las pacientes”.

En cuanto a la prevención, el especialista señala que “un embarazo supervisado en forma adecuada, con controles obstétricos periódicos, es lo más importante para diagnosticar precozmente patologías asociadas”.

Especialmente, la kinesiología durante el embarazo, los masajes perineales e, incluso, el uso de algunos dispositivos que ayuden a una mejor elongación de la musculatura del piso pélvico, son parte de una buena estrategia de prevención, explica el especialista.

En el postparto, la rehabilitación pelviperineal efectuada por kinesiólogas especializadas en el piso pelviano, a partir de las seis semanas postparto, es de gran utilidad para prevenir el progreso de prolapso genital, el manejo de aquellas pacientes que podrían tener algún grado de incontinencia de orina y también en aquellas que puedan tener incontinencia anal, explica el doctor Cohen.

TRATAMIENTOS AL ALCANCE

La doctora Elizabeth Lost explica que los tratamientos para cada una de las disfunciones del piso pelviano no son complicados. En el caso de la incontinencia de orina, que es la pérdida involuntaria de orina, “el tratamiento va a depender del tipo de incontinencia, de la gravedad de los síntomas y de qué tanto afecte la vida cotidiana de la paciente. En la mayoría de los casos, el tratamiento es sencillo. Supone el uso de medicamentos y, eventualmente, programas de reeducación y/o fisioterapia de la vejiga, el esfinter y el piso pélvico”.

Un número limitado de pacientes requerirá procedimientos quirúrgicos que, en la mayoría de los casos, es un procedimiento sencillo que consiste en colocar una malla en el tercio medio de la uretra por vía vaginal.

En el caso del prolapso genital, que consiste en la caída de las paredes vaginales, acompañada de sus órganos vecinos, la doctora Lost explica que “el tratamiento también dependerá de cuánto afecta esta condición a la calidad de vida de una mujer”.

En general, si es leve, se hará un tratamiento conservador con rehabilitación pelviperineal kinésico, estrógenos vaginales en la mujer menopáusica e, incluso, el uso de pesarios en la mujer mayor.

Pero si esto no funciona o la paciente considera que afecta mucho su bienestar, la ginecóloga señala que “se puede relizar un tratamiento quirúrgico que, en la mayoría de los casos, se puede hacer por vía vaginal y consistirá en devolver los órganos prolapsados a su lugar, consiguiendo con ello normalizar el volumen vaginal”.

Por último, en el caso de la incontinencia anal, que consiste en la incapacidad para controlar los gases o las deposiciones líquidas o sólidas, el tratamiento puede ir desde un simple cambio de dieta, tratamiento kinésico de reeducación de los músculos perineales y anales hasta una cirugía reparadora y la llamada neuromodulación sacra.

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