"Cuando yo estudié medicina, si a una persona le dolía la panza iba a un gastroenterólogo, si tenía dolor muscular a un traumatólogo y así se consideraba que al curar la enfermedad el dolor desaparecía. Pero resulta que a veces eso no pasa, o que existen dolores que no tienen un punto específico, entonces ya no es un síntoma, sino una enfermedad en sí", señaló el médico español Fernando Cerveró, presidente de la Asociación Internacional del Estudio del Dolor (IASP, según sus siglas en inglés), organizadora del 15 Congreso Mundial del Dolor.
Cerveró, quien brindó el discurso de bienvenida del congreso que comenzó ayer y culminará el 11 de octubre, aseguró que "el reconocimiento del dolor como una enfermedad y no sólo como un síntoma ha sido uno de los avances más importantes de estos últimos años e implica poder comprender sus múltiples facetas: la médica, la psicológica, la social, la ambiental".
"Por eso, para un tratamiento adecuado no basta con dar una pastilla, sino que se necesita atender el problema en forma global y es por ello que ésta no es una especialidad de anestesiólogos, aunque los hay y muchos, sino que en esta rama encontraran clínicos, neurólogos, cirujanos, psicólogos, kinesiólogos, entre muchos otros", sostuvo.
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