Quién no ha sentido dolor alguna vez? En realidad todos los seres humanos lo sentimos, el asunto está en ¿por qué unos lo toleran más que otros? la respuesta está en el umbral del dolor que es la intensidad mínima a un estímulo que despierta la sensación de dolor y por supuesto esto puede variar significativamente en cada persona. Algunas investigaciones apuntan a que la sensibilidad al dolor depende de los genes, aunque también, en otros casos, puede deberse a las circunstancias y al estado emocional de la persona.
Según publica Selecciones México, los estudios hechos en laboratorio con diferentes tipos de personas indican que casi todo el mundo tiene, con una diferencia mínima, el mismo umbral del dolor. En lo que sí difieren unas de otras es en sus reacciones. Por ejemplo, lo que para unos resulta un dolor intolerable, para otras no significa gran cosa, aunque ambas sientan dolor. En los hospitales, los doctores y el personal aseguran que la preparación psicológica suele reducir el dolor postoperatorio. Por ejemplo un paciente al que se le explica antes de operarlo cómo se va a sentir después, cuánto le va a doler y cuánto tiempo durarán las molestias, generalmente necesita menos analgésicos después de la cirugía, que aquellos pacientes que no están preparados.
El artículo “Umbral del dolor”, publicado por Jordi Jarque de La Vanguardia, y que resultó premiado por los Premios de Periodismo Plataforma Sin Dolor, dice que el dolor es una afectación universal que no conoce edades, sexo, ni culturas, que aqueja a cada uno de manera diferente, hasta el punto de que los expertos inciden también en su aspecto subjetivo, pero otros estudios apuntan a que más tiene que ver con el género.
¿CUESTIÓN DE GÉNERO?
Algunos factores inherentes a cada sexo juegan un papel importante a la hora de sentir dolor como por ejemplo ciertos aspectos anatómicos, fisiológicos, hormonales, psicológicos y socioculturales, entre otros. Al evaluar estos factores se concluyó que la mujer reporta con mayor frecuencia dolor y presenta un umbral más bajo de dolor que los hombres. Sin embargo, expertos en el tema están de acuerdo en que las mujeres se recuperan, buscan ayuda más rápidamente y tienen menos posibilidades de dejar que el dolor controle sus vidas.
Pero independientemente del sexo o de la carga genética que se tenga, en definitiva si hay personas más sensibles que otras.
“Cuando hablamos de una enfermedad o alguna operación te cuentan todo tipos de cosas. Están las más “capas” que no les dolió nada y al día siguiente están como si nada, y por otro están las extremadamente fatalistas que te meten tanto miedo que a “la hora nona” no sabes si es el dolor realmente lo que te tiene mal o uno ya está sugestionada”, cuenta Susana luego de haberse sometido a una cirugía estética y asegura nunca haber sentido tanto dolor.
TIPOS DE DOLOR
Según el artículo El dolor, ¿el peor enemigo o el mejor aliado?, de Efe Salud, existen dos tipos de dolor: el crónico y el agudo. El dolor crónico, que afecta a más de seis millones de españoles y a veinte millones de ciudadanos europeos, perjudica a las esferas social, familiar, psicológica, sexual o laboral. Sin embargo, sentir dolor agudo puede ser beneficioso, ya que es una señal de alarma de qué algo está funcionando mal en el organismo. De cualquier manera, es decir ya sea crónico o agudo, de lo que se trata es de vivir sin dolor y para ellos existen algunas herramientas que ayudan a paliarlo, de todas formas recuerde que ante cualquier molestia es bueno acudir con un especialista.
Una investigación encargada por ‘Lloydspharmacy’ ha dado como resultado que el 77 por ciento de las personas que viven con dolor crónico y lo han estado sufriendo durante años, no se plantean ni siquiera en buscar apoyo profesional.
CONTRA EL DOLOR
Según el artículo “Dolor: Esperanza en la investigación”, del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares, el ejercicio es indicado como parte del tratamiento para pacientes con dolor. Esto debido a que el ejercicio, ya sea desde suaves a moderados como caminar o nadar, contribuyen al bienestar en general.
Del mismo modo, aprender técnicas de relajación, respiración o practicar yoga puede ayudar enormemente.
Luís Miguel Torres, jefe del servicio de Anestesia, Reanimación y Tratamiento del Dolor del hospital Puerta del Mar de Cádiz, España, explica que, aunque los pacientes padezcan dolor, deben permanecer activos, ya que “un buen control de la respiración y mantener la movilidad puede mejorar hasta en un 50 por ciento lo que es el tratamiento global del dolor”.
La Comisión Permanente de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Organización Mundial de la Salud consideran que el dolor es una de las mayores amenazas a la calidad de vida a nivel mundial, ya que ocasiona agotamiento, problemas del sueño, alteración del afecto y depresión. Por ello, la OMS recomienda adoptar un estilo de vida saludable a lo largo de toda la vida. Con datos de: (Pubmed/Medline) /Salud.facilisimo.com/mx.selecciones.com /ar-revista.com y Efe Salud.
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