Visita a tu doctor una vez al año, sí o sí. “El examen anual es importante para que le preguntes sobre todo tipo de problemas de salud”, dice Mary Jane Minkin, M.D., profesora clínica de obstétrica y ginecología en la Universidad de Yale.
Habla abiertamente con tu ginecólogo, pregúntale todas tus dudas y hazte chequeos de Enfermedades de Transmisión Sexual.
Usa lubricante
Hay veces que nuestra vagina no recibe el mensaje de que quieres divertirte con tu pareja en la cama. Es totalmente normal: la sequedad vaginal puede impactarte si estas bajo ciertos medicamentos como antihistamínicos, antidepresivos o píldoras anticonceptivas. También puede venir después del embarazo o poco antes de la menopausia. Cuando esto sucede, asegúrate de decirle a tu pareja y usen lubricante: esto hace que el sexo sea más caliente y no duela ni irrite la piel.
“Elige lubricantes basados en agua”, aconseja la experta.
Cuidado con los antibióticos
Los antibióticos son una amenaza para las bacterias esenciales de tu zona V. Estas pastillas pueden matar algunas de las maravillosas lactobacillus que mantienen tu vagina saludable, dice Minkin. Obviamente, si tienes que tomar una antibiótico para pelear contra una infección, tienes que hacerlo; solo asegúrate de tomar un prebiótico, como yogurt natural, para reducir el daño.
Higiene íntima
La vagina se mantiene limpia sin la necesidad de sprays, desodorantes, duchas vaginales o productos específicos. La limpieza de tu zona íntima con jabones en barra pueden causar irritación y alterar el pH. Además, el jabón puede secar la piel sensible alrededor de la vulva. “Lo mejor que puedes hacer es lavarte con agua tibia. Eso es todo!”, dice la experta. El resto de los productos son potencialmente dañinos y pueden matar esas bacterias buenas que luchan contra infecciones.
“Muchas mujeres vienen con escozor o irritación vaginal, vaginosis bacterial, infección por candidiasis, o quejas de dolor durante el sexo, gracias al uso de estos productos”, advierte Minkin.
Si sientes un olor extraño ahí abajo, visita a tu ginecólogo, pues es señal que algo no anda bien.
Pero si no te sientes bien sin usar jabón, opta por los jabones líquidos especiales para esa zona que respetan el pH natural.
Estos productos solo deben ser usados en formato líquido.
El ABC de las secreciones
¿Cuánta secreción (y qué color y consistencia tiene) es normal? “Mis pacientes están obsesionadas con la secreción”, asegura esta experta. “Ellas piensan que cualquier cantidad de secreción es señal de infección, cuando en realidad, la secreción es un indicador de que tu vagina se está auto limpiando”.
La secreción debe ser clara o levemente amarilla y no debería ser pegajosa ni tener mal olor. Si no es así, visita a tu médico.
Si tienes secreción, no uses protectores diarios, pues solo atrapan la humedad, empeorando las cosas.
Por último, recuerda que tu ciclo menstrual también trae cambios en la secreción. Cuando ovulas, la secreción es transparente, flemosa y abundante. Una vez que descargas el óvulo, se vuelve más espesa y turbia. Esto sucede para atrapar el esperma, que es lo que tu cuerpo naturalmente quiere hacer.
Antiage para la zona
Así como sucede con el resto del cuerpo, los efectos de la gravedad y edad tienen un efecto en tu zona íntima. “Los ginecólogos no dicen estas cosas a las mujeres”, dice Karen Boyle, M.D., experta en salud sexual femenina y rejuvenecimiento vaginal a la revista Womens Health.
En los 20s, puedes perder grasa en el labio externo y monte de Venus (el tejido graso encima de los labios). “Esas son las áreas en las que comienzas a perder tersidad y volumen, al igual que pasa con tus pechos o rostro cuando envejeces”, dice Boyle. Mientras llegas a la menopausia, la piel comienza a afinarse, el flujo sanguíneo desciende y tus músculos del piso pélvico se debilitan, dice el ginecólogo cosmético Marco Pelosi, M.D. Todo esto puede llevar a falta de confianza en la cama.
Un estudio reciente encontró que las mujeres que no están satisfechas con la apariencia de sus genitales tienen baja satisfacción y autoestima sexual.
Esto puede explicar porqué el rejuvenecimiento vaginal es cada vez más popular. Prueba estas simples estrategias ‘antiage’ para tu zona intima.
Kegels y más Kegels
Seguro que escuchaste sobre los beneficios de los Kegels más de un millón de veces, que incluyen una vagina más firme, tensa, mejor sexo y orgasmos más intensos. Pero hay una posibilidad que los estés haciendo mal. “Las mujeres no hacen suficientes Kegels, y no los sostienen por el tiempo necesario”, dice Pelosi. La rutina que este experto sugiere es la siguiente: contrae tus músculos del piso pélvico durante cinco segundos, repite 100 veces, tres veces al día.
Para un entrenamiento extra, cambia tu silla de la oficina por un balón de Pilates. Éste fuerza a los músculos del piso pélvico a contraerse. Aunque no sientas mucho, este pequeño gesto mantiene tu piso pélvico en forma.
Mantente sexualmente activa
Si no recibes estimulación e incremento de flujo sanguíneo en la zona , el tejido y el músculo cambiarán, asegura Boyle. El flujo sanguino es crítico para la lubricación (y orgasmo), que naturalmente empieza a disminuir con el paso de los años.
Además, si tú y tu pareja no están preocupados por el embarazo, el semen puede tener un efecto anti aging gracias a las hormonas, ácidos grasos y compuestos antiinflamatorios, aseguran científicos españoles.
Cuidado con la bici
La constante fricción entre tu entrepierna y la silla de la bicicleta (y los golpes que seguro recibirás) puede jalar o ensanchar los labios vaginales, especialmente si los tienes más pronunciados.
Si eres amante del spinning o la bici, puedes estar en riesgo de adormecimiento o dolor genital. De hecho, un estudio realizado entre mujeres ciclistas publicado en la Journal of Sexual Medicine, encontró que la mayoría de mujeres ciclistas experimenta estos síntomas. Opta por usar una sillita acolchada.
Tangas: los riesgos para tu salud
Puede ser una prenda sexy, sin embargo usar tangas puede que no sea exactamente saludable. Claro que no podemos generalizar y afirmar que todas las tangas son buenas o malas, pero de acuerdo con la Dra. Jill M. Rabin, Profesora Asociada de Ginecología y Obstetricia Clínica en la Escuela de Medicina Albert Einstein, las tangas podrían llegar a provocar los siguientes problemas de salud, dependiendo del organismo de cada mujer.
No dejan respirar a tu piel. Ya sabíamos que el algodón es el mejor material para la ropa interior porque deja que tu piel respire, sin embargo, muchas mujeres piensan que con que la parte de la entrepierna de la tanga sea de algodón es suficiente, y no es así porque por fuera no es de este mismo material.
Al no ser de algodón, las prendas retienen la humedad natural, por lo que es posible que ocurra un desbalance en el PH de la vagina, incrementando las posibilidades de una infección vaginal (tal cual nos dijo la Dra. Lorena Martínez en el artículo ‘Flujo vaginal: lo que debes saber’). Este efecto es peor si combinas la tanga con prendas como los leggins y skinny jeans.
Llevan las bacterias de un lugar a otro. De acuerdo con el Dr. Shieva Ghofrany, Ginecólogo Obstetra del Hospital de Stamford, con el movimiento las tangas tienden a desajustarse, siendo la parte de la entrepierna la que más movimiento tiene. Ésta al moverse puede estar llevando bacterias de un lado a otro, por ejemplo del colon hacia tu vagina o uretra, lo cual también puede provocar una infección.
Lesiones en la piel. Cuando no se compra la talla adecuada de tanga y queda muy apretada, se forman pequeños pliegues en la piel, a la altura de la vulva, compuestos de tejido suave y que ocurren porque la prenda está constantemente rozando en el mismo lugar.
Hemorroides. Según lo publicado por el Huffington Post en su entrevista con el Dr. Ghofrany, no es exactamente que las tangas causen hemorroides pero pueden fomentarlas porque si están demasiado arriba, es posible que irriten el recto, éste se inflame, y posteriormente provoque su formación.
Sagrado yogurt
Comer yogurt estimula las buenas bacterias en tu ‘zona V’, que como sabes, son esenciales para prevenir problemas vaginales molestos como infecciones. Solo ten cuidado en que no sea el yogurt más azucarado: cuando la mujer tiene una dieta rica en carbohidratos, en especial azúcar refinada, se presenta un incremento en el desarrollo de infecciones vaginales (candidiasis).
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