Investigadores de la Universidad de Chicago (Estados Unidos) encontraron que los niños a los que se les practicó la cirugía presentaban en el primer año después de la operación un 30% menos de exacerbaciones de asma aguda y un 38% menos de un estado asmático agudo.
También vieron que los pacientes pediátricos que se sometieron a la cirugía tuvieron una reducción del 36% de las hospitalizaciones relacionadas con asma y una disminución del 26% en las visitas a las urgencias hospitalarias asociadas con asma. Los niños sin operar no presentaron mejoras significativas.
Ya había sospechas
“Varios estudios pequeños han descrito una fuerte vinculación entre la apnea obstructiva del sueño y el asma, dos condiciones inflamatorias comunes que impiden la respiración en los niños. Pero queríamos probar la fuerza de la relación al analizarla en una población mucho más grande”, destaca el autor del estudio, Rakesh Bhattacharjee, profesor de Pediatría en la Universidad de Chicago y una autoridad en la medicina pediátrica del sueño.
“Esto ayudará a los médicos a apostar por la intervención quirúrgica no solo para erradicar trastornos respiratorios del sueño, sino también para reducir la severidad del asma y disminuir la dependencia de los medicamentos en los niños asmáticos”, agrega.
No obstante, Bhattacharjee señala la necesidad de un ensayo prospectivo, aleatorio y controlado en la clínica para demostrar una relación causal directa.
El asma es una enfermedad respiratoria común y costosa. La apnea obstructiva del sueño también es común y afecta a entre un 2 y un 3% de todos los niños.
Se trata de la inflamación de las amígdalas y de las adenoides, una hinchazón que estrecha la vía aérea superior de un niño, que se colapsa episódicamente por la noche, interrumpiendo la respiración y el sueño, a menudo cientos de veces cada noche. La cirugía adenoamigdalectomía, la extirpación de las adenoides y de las amígdalas, es la terapia estándar
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