Para conocer más detalles acerca de esta enfermedad, Femenina se contactó con el coloproctólogo Ricardo Pérez, quien nos explicó las posibles causas, su sintomatología, factores de riesgo y tratamientos existentes según el grado de complicación en cada caso.
“El colon es la parte final del intestino y su función principal es convertir cerca de 10 litros de alimentos y jugos intestinales en 200 a 300 gramos de heces fecales al día. Se considera normal que las personas hagan sus deposiciones día por medio o tres veces al día. Su funcionamiento está determinado por la cantidad de fibra que se consume, siendo lo ideal del 25 al 30 por ciento de verduras, frutas y cereales para lograr una digestión normal”, explicó Pérez.
El especialista recalcó que los malos hábitos de consumir condimentos, picantes, alimentos con conservantes de sabor y color artificial, exceso de carbohidratos y grasas condiciona la tendencia al estreñimiento o disentería. En Bolivia, el hábito y la tradición alimentaria con poco aporte de fibra hacen que el problema de constipación sea muy frecuente en su población adulta.
“El síndrome del intestino irritable es un trastorno intestinal provocado por los cambios en el funcionamiento del colon, no tiene relación con las infecciones, inflamaciones, tumores, cáncer u otros factores. Tiene un curso crónico (de años) y el problema aparece y desaparece. Por más que dure años no se convierte en cáncer ni necesita cirugía para su resolución”, aseguró Pérez.
CAUSAS
Esta enfermedad tiene un curso benigno y se caracteriza por la presencia de síntomas recurrentes. Pese a que no existe una causa plenamente establecida, en la actualidad se proponen varios factores que lo desencadenan: estrés, influencia de la dieta no natural con químicos complejos, alteraciones en la motilidad intestinal, alteraciones psicológicas, inflamatorias y post-infecciosas.
SÍNTOMAS
Según Pérez, algunos de los síntomas principales del colon irritable son: dolor abdominal tipo cólico y la alteración del ritmo intestinal, además de un dolor en el lado izquierdo del abdomen que se alivia una vez que se realiza la deposición o expulsión de gases. También es común el ardor de estómago, dolor toxácico, digestiones lentas y dolor anal.
Otro de los síntomas frecuentes es la distensión (hichazón) abdominal tal vez por la ingestión de muchos alimentos, sumado al aumento de eliminación de gases, sensación de mala digestión y ardor en la parte superior del abdomen.
DIAGNÓSTICO
La forma de diagnóstico se realiza en base a una serie de preguntas que debe responder el paciente, así como un examen riguroso de la zona afectada. Además de estudios específicos como radiología de colón o una colonoscopia de ser necesarios.
Esta enfermedad es uno de los trastornos más frecuentes en el mundo con una prevalencia del 10 al 20 por ciento en Estados Unidos, Europa y Asia. A diferencia de los países latinoamericanos como el Brasil, Colombia, México y Uruguay que están entre el 9 y el 18 por ciento. Su frecuencia en las mujeres tiene una relación de 3 a 1 con respecto a los varones.
FACTORES DE RIESGO
Este padecimiento por sí solo no es una afección grave, pero existen algunos signos de alarma que obligan a realizar exámenes que descarten la presencia de patologías más importantes como el cáncer de colon y de recto o enfermedades inflamatorias del intestino que son muy raras en Latinoamérica.
“Puede iniciar después de los 50 años con un sangrado digestivo (sangre en las heces), fiebre, pérdida de peso y dolor nocturno, acompañado de un historial familiar con cáncer o enfermedad intestinal inflamatoria (Enfermedad de Crohn o colitis ulcerativa)”, acotó Pérez.
La mayoría de las personas que sufren de este síndrome intestinal tienen síntomas leves, en cuyos casos bastará con confirmar el diagnóstico y recomendar las medidas simples que permitan su control en los niveles de estrés y dieta sana.
TRATAMIENTOS
El tratamiento básico es el cambio en el estilo de vida, realizando ejercicios regularmente, mejorando los hábitos de sueño para así lograr reducir los niveles de ansiedad y estrés, que ayudarán a aliviar los síntomas intestinales.
Pese a que no existe un tratamiento específico para curar este padecimiento, sí existen hábitos que pueden ayudar a sobrellevarla:
1.- Alimentación, dieta y nutrición: ingerir comidas más pequeñas con mayor frecuencia o comer porciones más pequeñas. Evitar los alimentos y las bebidas que agraven sus síntomas. Incrementar el consumo de fibra.
2.- Medicamentos: existe una amplia variedad de medicación, de simple a compleja, dependiendo del caso individual del paciente y sus síntomas y gravedad para su uso.
3.- Psicoterapia: Esta dirigida a disminuir el estrés, la ansiedad o la depresión.
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