Previo a esto, aún a pesar de tener síntomas de una enfermedad respiratoria digestiva o cualquier otra, si no hay fiebre se recurre a medidas temporales o remedios caseros para manejar en forma empírica las enfermedades.
¿Cuáles son las enfermedades que comúnmente causan fiebre?
Durante la edad pediátrica suelen presentarse frecuentemente infecciones respiratorias, mismas que pueden ser banales, de origen viral y que se autolimitan, o bien infecciones más complejas con los mismos síntomas pero con diferente evolución, en las que hay participación de bacterias. Entonces es necesario utilizar antibióticos para tratarlas.
Pero no sólo las infecciones respiratorias causan fiebre, también podemos mencionar las infecciones gastrointestinales, en las que los agentes causales pueden ser virus, bacterias o parásitos. Otro problema que no siempre se tiene presente es el de las infecciones de vías urinarias, problema que es más difícil de sospechar.
Otras infecciones frecuentes en los niños son las conocidas como exantemáticas como el sarampión, la rubéola, la varicela y el exantema súbito, entre otras, las cuales son causadas por virus. En algunos de estos casos, y bajo ciertas circunstancias, se administra tratamiento con antivirales.
Algunas otras infecciones como la hepatitis, la meningitis, la fiebre tifoidea, etcétera pueden causar fiebre como primera manifestación. Lo importante de esto es saber que cualquier infección puede manifestarse con fiebre independientemente del agente causal: virus, bacteria, parásitos u hongos y que el tratamiento será diferente en todos los casos.
¿Cuáles son las medidas generales que debo aplicar en caso de fiebre?
Existen medidas generales como la aplicación de medios físicos para controlar la fiebre. Esto es, colocar lienzos húmedos en cabeza y abdomen, mismos que se deben cambiar activamente.
El baño en agua tibia es una de las principales y más efectiva medida para el control de la fiebre, este debe durar unos 20 minutos y con una temperatura del agua que resulte agradable, aproximadamente unos 33º C. Con esto se logra un descenso gradual de la temperatura.
También se debe ofrecer una mayor cantidad de líquidos para evitar la deshidratación y mantener a los niños con ropa ligera, con lo que evitaremos que la temperatura se eleve con facilidad.
Es importante, a la par de estas medidas, ser muy cuidadoso al usar medicinas para el control de la fiebre y que el uso de éstas sea bajo supervisión médica y no por automedicación. Antes de caer en la tentación de administrar un antipirético (medicina para bajar la fiebre), se debe solicitar atención médica con la finalidad de hacer un diagnóstico certero y administrar el tratamiento oportunamente.
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