El vértigo es una sensación, por lo general, de tipo rotatorio, de desplazamiento del mismo cuerpo o de los objetos situados al alrededor. Es fundamental, diferenciar el vértigo del mareo, aunque se suela confundirlos, éste último consiste más en una sensación de inestabilidad, mientras que el vértigo provoca en el paciente una impresión de movimiento o giro, que puede ser pasajero, durar horas o incluso días.
“El vértigo se define como una ilusión de movimiento, generalmente rotatorio, puede tratarse de un movimiento objetivo (las cosa girando en torno de la persona) o subjetivo (la persona girando en vuelta a los objetos)”, explica Anneliesse Sabath A. médico especialista en Otorrinolaringologia y Otoneurología en adultos y niños del Hospital San Vicente en Cochabamba.
El vértigo puede presentarse a cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 25 y 60 años, sobre todo en mujeres. Se debe saber que existen trastornos asociados al vértigo y éstos son muy variados.
“El Vértigo con los síntomas asociados se lo encasilla en un cuadro que llamamos Síndrome Vestibular y éste se divide en Síndromes vestibulares periféricos y Síndromes vestibulares centrales. El más común es el Vértigo periférico cuando se afecta el oído interno en su parte vestibular (la parte del oído interno encargada del equilibrio del cuerpo)”, explica la especialista.
Las causas de los trastornos del vértigo son muy variadas y múltiples dentro las más comunes están la laberintitis (inflamación vestibular asociada a infección viral o bacteriana), la ototoxidad por medicamentos que dañan el oído, el vértigo traumático; alteraciones metabólicas como aumento de triglicéridos, colesterol, ácido úrico, aumento o disminución de glicemia (azúcar en sangre) asociada o no a hiperinsulinemia.; alteraciones de la irrigación cerebral (ateroesclerosis, hipertensión arterial, tensión muscular cervical, alteraciones de columna cervical, etc.); Disfunción tubaria (alteraciones de presión en oído medio como en cambios bruscos de presión o resfríos). El estrés también puede ser un factor desencadenante.
Existen también Síndromes vestibulares específicos como la enfermedad de Meniere, el Vértigo posicional paroxistico benigno, la Neuronitis vestibular y la Migraña vestibular, entre otros.
SÍNTOMAS
Los síntomas son variados dependiendo de la causa e incluso de cada persona, pero lo más constante es el vértigo con la presencia de nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos).
Asimismo pueden presentarse otros como:
Inestabilidad al andar
Sensación de “cabeza pesada”,
Nauseas
Vómitos
Palpitaciones, ansiedad, etc.
Hipoacusia (disminución de la audición)
Tinitus (ruido o zumbido en el oído)
Intolerancia a los ruidos
Dificultad para enfocar la vista
PRUEBAS Y EXÁMENES
La buena noticia es que dependiendo de la causa que provoque vértigo se puede identificar y tratar.
La Dra. Sabath asegura que el diagnóstico es básicamente clínico, por lo tanto se basa en los síntomas y las pruebas vestibulares que el especialista hace en el consultorio.
“Pueden realizarse además exámenes complementarios de laboratorio (hemograma que muestre anemia o datos infecciosos, bioquímica sanguínea para ver alteraciones metabólicas) exámenes específicos para vértigo como la vectoelectronistagmografía (VENG) en casos de origen dudoso o recurrentes que no ceden al tratamiento. También, exámenes de imagen como tomografía y resonancia magnética para descartar problemas degenerativos o tumorales.
TRATAMIENTOS
“El tratamiento en la fase aguda, aliviará , en primer lugar, los síntomas mediante sedantes vestibulares, antiheméticos, medicamentos que aumenten la irrigación de oído interno, reposo y tranquilizar al paciente. Una vez pasada la fase aguda debería ir hacia un diagnóstico etiológico (saber la causa que originó el vértigo) para evitar recidivas y cuadros a repetición, de ser posible”, dice la especialista.
Dentro del tratamiento de algunos síndromes vestibulares también está la rehabilitación y fisioterapia vestibular, que tiene como fin que todos los sistemas que forman parte del equilibrio retornen a un equilibrio.
Existe la posibilidad de que se presenten complicaciones. En los síndromes vestibulares periféricos, por ejemplo, las complicaciones aparecen más frecuentemente en relación a la sintomatología: riesgo de caídas por el propio vértigo, deshidratación y alteraciones con electrolitos por los vómitos, etc. En algunos síndromes vestibulares específicos podrá alterarse el componente auditivo (pérdida auditiva de diferentes grados) de manera transitoria o definitiva, dice Sabath.
El especialista deberá ser contactado siempre que los síntomas aparezcan de forma aguda, o, si son leves, de forma recurrente. Es recomendable acudir con un Otorrinolaringólogo y que evalúe al paciente para una terapia efectiva y adecuada de acuerdo a cada caso, además de llegar a la causa desencadenante.
No deje pasar por alto si tiene algunos síntomas y acuda con un especialista, ya que el vértigo puede interferir en la conducción de vehículos, el trabajo y la vida cotidiana en general. Asimismo, puede provocar caídas que pueden ocasionar lesiones o fracturas.
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