“A los 4 años quedé huérfana y muy joven comencé a trabajar con una señora judía, lugar en el que tuve un accidente al caer en el baño y desde entonces tengo epilepsia. Antes no conocía la enfermedad ahora sí y puedo ayudar a mis compañeros. El año pasado al servir mi desayuno me queme con agua hervida, cuando sufrí una convulsión”, testimonio de Martha Quenta.
Ella dice que no es fácil conseguir un trabajo cuando se padece esta enfermedad, porque los discriminan, por esta razón Martha, al igual que otras mujeres, se dedica al tejido de tapetes y chalinas de lana, para comprar los medicamentos que necesita consumir en forma diaria.
“Con el tratamiento uno puede vivir tranquilo, pero no debe estresarse ni tener preocupaciones. En mi caso, consumo medicamentos tres veces al día. Aprovecho esta oportunidad, para agradecer a las voluntarias de la Liga Boliviana Contra la Epilepsia, por la labor que cumplen en favor nuestro, que Dios las bendiga”, expresa Quenta.
ATENCIÓN MÉDICA
La unidad de Neurología y Neurofisiología del pabellón Yola de Callisperis del Hospital de Clínicas realiza una atención diaria por consulta externa en las patologías que afectan al cerebro: epilepsia, parkinson, embolías y demencia senil entre otros.
“Las personas que provienen de comunidades, por lo general traen al paciente muy deteriorado, luego de haberle dado sangre de murciélago. Cuando las convulsiones son 10 veces al día, recién deciden internarse y se logran controlar, se les informa sobre su enfermedad y toman conciencia de ella, para su recuperación”, explicó Katerin Ramírez médico del servicio de Neurología.
La médico dijo que se atienden a ciertos pacientes, incluso desde sus 14 años y cuando son menores, se las deriva al Hospital del Niño. Algunas de las causas de la epilepsia son genéticas, idiopáticas (origen desconocido) o adquiridas, por algún golpe en la cabeza o debido a una hemorragia cerebral.
“Cada semana se atiende dos casos nuevos de esta enfermedad, todos los días de dos a tres pacientes, quienes ya tiene un tratamiento específico, y en la semana alguna persona es internada, porque sufrió una crisis severa o por accidentes producto de la misma”, dijo Ramírez.
ANTECEDENTES
La Liga Boliviana Contra la Epilepsia (LBCE) fue fundada el 10 de noviembre de 1965 por los doctores Mario Zamora y Mario Barragán, y la señora Matilde Carmona de Busch. Las presidentas que continuaron con la obra son Martha Carmona, Elena Soruco y Yola de Callisperis entre otras voluntarias, quienes colaboraron en la construcción del pabellón de Neurología.
“Hace 50 años un grupo de amigas y médicos nos propusimos ayudar a los enfermos de epilepsia, entre ellas mi mamá Yola de Callisperis. Ahora como hijas continuamos con esta obra acompañada de otra generación de mujeres conformada por 22 voluntarias, que realizan diferentes actividades, para ayudar al más necesitado”, recordó Marina Callisperis hija de una de las fundadoras.
En la actualidad, el pabellón de Neurología cuenta con dos salas y 20 camas destinadas a mujeres y varones, que eventualmente son internados cuando sufren algún accidente, producto de alguna crisis que tuvieron, quemaduras o golpes graves en la cabeza.
“El Servicio Médico de Neurología de este pabellón es atendido por los neurólogos, Federico Fortún y María Isabel Cusicanqui, entre otros médicos internistas y personal de enfermería, que trabaja en coordinación con la LBCE, para dar la atención e información oportuna, sobre esta enfermedad”, dijo Callisperis.
Por su parte la actual presidenta de la LBCE, Silvia Bacigalupo, junto a las voluntarias celebraron el pasado 5 de noviembre una misa por los 50 años de vida de actividad continua del voluntariado, que en forma anual realiza un aporte con las socias y varias actividades, para colaborar en el mantenimiento y subvención de los medicamentos, para los pacientes que padecen epilepsia.
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