El cerumen es una sustancia producida por las glándulas localizadas en el conducto auditivo externo. Cubre las células que se encuentran en el oído y las protege de los gérmenes. Además, actúa como lubricante para limitar las irritaciones.
En la mayoría de los casos, el cerumen es expulsado espontáneamente. Sin embargo, en algunas personas, se acumula con el polvo y las células cutáneas muertas, por lo que se forma un tapón que bloquea el conducto auditivo. Esto acarrea molestias diversas como pérdida temporal de la audición y vértigos.
El Instituto Gerontológico de España menciona que la alteración del proceso natural de limpieza del oído por un exceso de higiene o uso de métodos inapropiados provoca la aparición de tapones. Es recomendado limpiarse delicadamente el pabellón con una compresa estéril, así como la entrada del conducto auditivo externo. Tienes que efectuar esta acción cada día. Asimismo, no debes utilizar bastoncillos de algodón, debido a que favorecen la acumulación de cerumen dentro del oído. Por otra parte, se aconseja adquirir en farmacias un spray para diluir las secreciones. No dudes en pedir consejos al farmacéutico en cuanto a la posología correcta.
6 ACLARACIONES PERTINENTES
SÍNTOMAS
Los tapones de cerumen en los oídos generan síntomas molestosos como dolores de intensidad media, autofonía (sensación de escuchar la resonancia de tu propia voz cuando hablas) y zumbidos. Asimismo, puedes sufrir leves mareos, inestabilidad al caminar y pérdida de la capacidad auditiva. Si presentas estas manifestaciones, acude a un médico u otorrinolaringólogo.
NO HURGAR
La Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (SEMFYC) indica que no debes hurgar la cavidad ótica (con los dedos u otros objetos), ya que esto favorece la penetración de los gérmenes dentro del conducto auditivo. También provoca la acumulación de cerumen en el fondo del oído. Tampoco es justificado utilizar reblandecedores (aceite de oliva, por ejemplo) porque eliminan la capa protectora y antibacteriana que se encuentra en el oído.
DUCHA
Nunca debes orientar la ducha hacia los oídos, debido a que la entrada de agua en el conducto auditivo contribuye a taparlo. Asimismo, evita que penetre jabón en el oído para no sufrir tapones.
FACTORES DE RIESGO
Algunas personas son más propicias a desarrollar tapones en los oídos. Es el caso de los pacientes que tienen un conducto auditivo estrecho, padecen eczema o presentan un osteoma (tumor de naturaleza ósea). En cuanto a los nadadores y buceadores, suelen sufrir tapones recurrentes, debido a que permanecen en el agua por tiempos prolongados.
TÍMPANO
Es desaconsejado introducir líquidos en los oídos, ya que esto suele ocasionar trastornos auditivos serios. Las personas que han sufrido traumatismos, otitis recurrentes y usaron tubos de drenaje pueden perforar su tímpano con la introducción de líquidos en el conducto auditivo. Por eso, si presentas un tapón en el oído, debes acudir a un médico u otorrinolaringólogo para recibir un tratamiento.
BEBÉS
No utilices bastoncillos de algodón para limpiar los oídos de tu hijo, ya que favorecen la inflamación, lesiones y otitis externa. Frota suavemente su pabellón con un pañuelo limpio. Si el bebé llora cuando tocas su oreja, debes consultar a un pediatra.
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