¿Usted ha presentado últimamente síntomas como dolor de cabeza, mareos, debilidad muscular, calambres, náuseas y vómitos o pequeñas elevaciones de la temperatura corporal? Es probable que se deba al intenso calor.
Los veranos de temperaturas extremas se han vuelto una costumbre incluso en lugares que se caracterizan por tener un clima templado, como Sucre, o más bien frío como Potosí.
Como el organismo está compuesto de agua en un 60 por ciento, si no se repone la pérdida de líquido y sales minerales por el sudor, las consecuencias pueden ser los síntomas antes mencionados.
El promedio de la temperatura anual de Sucre es de 19 grados centígrados, mientras que el de Potosí es de 8 grados. Pero, en los últimos quince años se han registrado algunos récords en cuanto a la máxima y, ante la realidad del fenómeno de El Niño, los habitantes de ambas ciudades deben tomar sus previsiones para no pasarla mal.
Tomar líquido
Los días con calor intenso obligan al ser humano a realizar un esfuerzo de adaptación para mantener la temperatura normal del cuerpo. Por eso se suda más, las venas se dilatan, hay sequedad y piel roja, pulso rápido, hinchazón de pies y hasta desmayos.
Para evitar estos casos lo importante es mantener el cuerpo bien hidratado, bebiendo mucha agua y otros líquidos sin esperar a tener sed, salvo que existiera alguna contraindicación médica.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja evitar las bebidas alcohólicas, las muy azucaradas, el café y el té.
La sombra, las gafas de sol, las prendas de vestir livianas y frescas y los sombreros de ala ancha son la mejor protección contra el calor. Además, una buena crema con filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como el rostro, cuello y las manos.
Nunca debe utilizarse la crema con filtro solar para prolongar la exposición al sol, recomienda el médico internista e intensivista Elías Pablo Arévalo Garvizu.
“Ola de calor”
Arévalo explica a ECOS que una gran parte de la radiación solar que acontece sobre la Tierra se almacena en forma de calor cerca de la superficie. Un 47% es absorbida por los océanos y continentes mientras que un 24% de radiación, por la atmósfera.
La capacidad de la tierra firme y del mar para actuar como absorbedores de energía solar y como almacenantes de calor tiene mucha importancia para la biosfera.
El fenómeno “ola de calor” ocurre cuando las temperaturas diurnas superan los 32 grados y las nocturnas (o al amanecer) no bajan de los 23 por tres días.
Este suceso es común en casi todo tipo de climas en época veraniega, a excepción de los países cercanos a los polos (con clima templado y polar). Se hace más frecuente en los países próximos a los trópicos (con climas tropical y subtropical).
“La denominación de ‘ola de calor’ no quiere decir necesariamente ‘calor excesivo’ ni ‘temperaturas inusuales’ para la estación; más bien pretende alertar sobre consecuencias perjudiciales en las personas”, aclara el galeno sobre este tema.
El ser humano siente más calor cuando hay más humedad en el ambiente. Por ejemplo, una temperatura de 30 grados centígrados pero con humedad del 10% se sentirá como si el ambiente tuviera 28 grados de temperatura. Pero con humedad del 90% se sentirá como si los termómetros marcaran 40 grados.
“Sabemos que también es saludable nuestra exposición a la radiación y calor solar, sin embargo existen límites para el uso directo de radiación y calor solar en el organismo, so pena →de sufrir quemaduras y enfermedades serias”, agrega Arévalo.
La exposición exagerada a la radiación solar puede ser muy perjudicial para la salud, problema que se agrava por el aumento de la expectativa de vida humana que lleva a la población mundial a permanecer más tiempo expuesta a las radiaciones solares, aumentando el riesgo de desarrollar cáncer de piel.
Radiación ultravioleta
La radiación ultravioleta es emitida por el sol en longitudes de onda, en las formas UV-A, UV-B y UV-C, a causa de la absorción por parte de la atmósfera terrestre. El 99 por ciento de los rayos ultravioletas que llegan a la superficie de la Tierra son del tipo UV-A, librando a la gente de la radiación ultravioleta más peligrosa para la salud.
La radiación UV-C no llega a la Tierra porque es absorbida por el oxígeno y el ozono de la atmósfera, por lo tanto no produce daño.
La radiación UV-B es parcialmente absorbida por el ozono y llega a la superficie de la Tierra produciendo daño en la piel, situación que se agrava por el agujero de ozono en los polos del planeta.
Los líquidos, la sombra, las gafas de sol, las prendas de vestir livianas y frescas y los sombreros de ala ancha son la mejor protección contra el calor. Además, una buena crema con filtro solar en las partes del cuerpo que quedan al descubierto, como rostro, cuello y manos. Nunca debe utilizarse esa crema para prolongar la exposición al sol, recomienda el médico internista e intensivista Elías Pablo Arévalo Garvizu.
Recomendaciones
- La OMS recomienda ciertas medidas sencillas para protegerse del sol:
- Exposición solar: Evitar la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10:00 y las 16:00. Hay que tener especial cuidado en exponerse al sol durante esas horas.
- Índice UV: Se debe tener en cuenta el índice UV. Este importante dato le ayuda a planificar sus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria la protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
- La sombra: Póngase a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, y no olvide que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
- Sombrero y gafas: Use un sombrero de ala ancha que proteja debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol con un índice de protección entre 99 y 100 por ciento frente a los rayos UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debido a la radiación solar.
- La vestimenta: Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubren la mayor superficie corporal posible también protegen contra el sol.
Tips para grandes y chicos
- Aplíquese una crema protectora de amplio espectro, con factor de protección solar igual o superior a 30. Extiéndala generosamente sobre la piel expuesta y repita la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre.
- Prepare comidas ligeras, que ayuden a reponer las sales perdidas por el sudor (ensaladas, frutas, verduras o zumos).
- Evite actividades en el exterior durante las horas más calurosas, sobre todo si son intensas.
- Si se tiene que permanecer en el exterior procure estar a la sombra, use un calzado fresco, cómodo y aireado.
- Evite el uso de lámparas y camas bronceadoras, porque aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección.
- Los niños suelen ser los más vulnerables a los riesgos ambientales respecto a los adultos. Cuando estén al aire libre, protéjalos de la exposición a los rayos UV. Los bebés deben permanecer siempre a la sombra.
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