El director del INO, Joel Moya, informó a Cambio que la donación de entidades extranjeras no supera las dos donaciones mensuales, con ello no se responde a la demanda alta.
“En lista de espera tenemos 300 pacientes que generalmente son jóvenes y necesitan el trasplante para estudiar y trabajar por el país”, dijo el entrevistado.
El INO logró, con sus propios medios, realizar un proyecto a diseño final de un centro de investigación y banco de ojos, sin embargo aún no logró obtener una respuesta de la Gobernación paceña para el financiamiento.
Moya explicó que diariamente en el Hospital Obrero mueren dos personas, y en el Hospital de Clínicas otras tres. Con el consentimiento de la familia, estos difuntos podrían salvar la vista de cerca de diez personas diariamente con la donación de sus córneas. “El proyecto tiene un componente científico, otro social, pero además es productivo porque luego de cubrir la demanda interna se puede pensar en comercializar las córneas al mismo precio que los otros países venden” aseveró el galeno.
El costo comercial de un trasplante de córneas asciende a 48.722 bolivianos (7.000 dólares), sin embargo, gracias a las donaciones y la predisposición del personal del INO esta cirugía representa para sus pacientes un costo de 2.000 bolivianos.
Moya aseguró que seguirá tocando puertas para encontrar el financiamiento del proyecto y no descartó visitar al presidente Evo Morales.
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