En Bolivia, el Servicio Departamental de Salud (Sedes) en Santa Cruz reportó inicialmente tres casos confirmados de virus Zika, todos los cuales fueron importados desde Brasil. El cuarto se registró en una mujer de 32 años, oriunda de Portachuelo, confirmado por el Centro de Enfermedades Tropicales (Cenetrop). La víctima se halla en estado de gestación.
En tanto, a través de un comunicado oficial y considerando la expansión de la transmisión del virus Zika en la región latinoamericana y tomando en cuenta los últimos hallazgos relacionados a la infección por dicho virus, las OPS/OMS actualizaron las recomendaciones relacionadas a la vigilancia del virus Zika.
Dentro de las mismas se encuentran las instancias de salud, así como también las de brindar orientaciones sobre el seguimiento a las embarazadas y recién nacidos, con mayor énfasis en zonas donde está presente el zika.
Las OPS/OMS refuerzan las recomendaciones previas y señalan que “urge a los Estados Miembros en los apareció el mosquito Aedes a que continúen con sus esfuerzos para aplicar una estrategia efectiva de control del vector, con énfasis en la comunicación con las comunidades, para reducir la densidad del vector y proteger a la población”, señala el comunicado.
Dentro de las recomendaciones relacionadas con la vigilancia epidemiológica, incluyendo la vigilancia de síndromes neurológicos y anomalías congénitas (actualizada), están también el manejo clínico (actualizado), que incluye el seguimiento a las embarazadas y la atención a los recién nacidos, así como las medidas generales de prevención y control.
Según datos de ambas instituciones, se estima que alrededor de 32.000 personas fueron infectadas por el virus del Zika en países latinoamericanos.
VIGILANCIA
EPIDEMIOLÓGICA
Asimismo, la vigilancia de las infecciones debe desarrollarse a partir de las que existente ya para el dengue y el chikunguña, teniendo en cuenta las diferencias en la presentación clínica.
Según corresponda a la situación epidemiológica del país, la vigilancia debe estar orientada a: detectar la introducción del virus Zika en un área, monitorear la dispersión de la infección una vez introducida y vigilar la aparición de complicaciones neurológicas y autoinmunes, tanto en adultos como en niños.
En países con casos autóctonos de infección por virus Zika, se recomienda: vigilar la tendencia temporal y la diseminación geográfica del virus para detectar su introducción en nuevas áreas del país; monitorear la aparición de complicaciones neurológicas y autoinmunes en recién nacidos, niños(as) y adultos; así como su posible impacto en la salud pública; identificar factores de riesgo asociados con la infecciones que pueden producirse.
Una vez documentada la introducción del virus deberá mantenerse la vigilancia continua, para detectar los cambios epidemiológicos y entomológicos que puedan afectar a la transmisión del virus Zika. Todo cambio detectado mediante la vigilancia debe ser rápidamente comunicado a las autoridades nacionales de prevención y control, para garantizar la adopción oportuna de las medidas pertinentes.
COMPLICACIONES
NEUROLÓGICAS
Dado que durante algunos brotes por virus Zika y dengue se describieron complicaciones neurológicas y autoinmunes, se recomienda a los Estados Miembros, en particular en situaciones de posible circulación del mal, se implementen o intensifiquen la vigilancia de síndromes neurológicos en todos los grupos etéreos.
Esta vigilancia de síndromes neurológicos tiene el fin de incrementar la alerta de los profesionales de salud, para proporcionar los cuidados clínicos adecuados a los casos con complicaciones neurológicas y documentar la posible relación entre las complicaciones neurológicas, la infección por virus Zika y la infección previa con otros agentes.
ANOMALÍAS
CONGÉNITAS
En el comunicado de OPS/OMS se recomienda analizar la base de datos de nacidos vivos u otra similar con la que cuente el país, en la que se registren anomalías/trastornos neurológicos congénitos, con el objetivo de detectar algún incremento inusual de la enfermedad.
La vigilancia de estas anomalías neurológicas debe estar integrada en la vigilancia de las anomalías congénitas. Esta vigilancia tiene que ser continua, para conocer la magnitud y las cargas vinculadas con estas alteraciones.
La vigilancia basada en eventos es una herramienta útil en esta situación, razón por la cual habrá que alentar a los profesionales de salud, involucrados en las consultas de atención prenatal así como en la atención del recién nacido, a que notifiquen todo evento desusado.
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