Esto se debe a que la misma proteína que estimula la respuesta corporal al estrés es la responsable del dolor físico, según publica hoy Science Translational Medicine.
Estudios previos ya habían demostrado que períodos de estrés van vinculados a dolores físicos ya que, con frecuencia, los pacientes sienten grandes dolores físicos tras pasar por traumas serios.
El nuevo paso de los investigadores de la UCL consiste, por tanto, en positivizar la relación cuerpo-mente: aliviar el estrés es aliviar el dolor físico.
El objetivo inicial de los científicos era actuar sobre el cerebro para reducir la ansiedad, y la sorpresa fue la mejora física.
"El compuesto fue diseñado para tener efectos positivos sobre la salud mental, pero hemos descubierto que también tiene beneficios significativos para los síndromes de dolor físico", explicó la autora principal del estudio, Sandrine Géranton, doctora por la UCL en Biología Celular y Desarrollo.
Así, los científicos de la UCL dan por probado que estos medicamentos no solo no tienen efectos secundarios nocivos, sino que los efectos colaterales hacen todavía más beneficioso el tratamiento.
"¿Quién no quiere un tratamiento que alivia el dolor crónico y al mismo tiempo hace que estés menos estresado?", comentó la doctora Géranton.
El estudio, de carácter experimental, se llevó a cabo con ratones, "pero si esto puede traducirse con éxito en un tratamiento para humanos los pacientes ganan doblemente", agregó la doctora.
Este avance abre nuevas líneas de investigación, según la UCL, para explorar la doble potencialidad descubierta de estos fármacos.
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