Apoyado en su ‘burrito’ Carlos Irusta, de 79 años, llega al centro de salud Elvira Wunderlich, en el barrio Ramafa, en busca de una dosis que lo proteja contra la influenza. “Si no nos preocupamos por nuestra salud, ¿quién lo hará entonces?”, dice al comentar que vio en las noticias que otra persona más ha muerto por esta enfermedad y eso lo apuró más para ir al centro.
Entre el colocado de la vacuna y el registro de sus datos no pasan ni cinco minutos. Es el tiempo que le puede salvar la vida a una persona siempre y cuando decida hacerlo, dice Simona Banegas, enfermera que atiende a Carlos y a otras cuatro personas que, en un lapso de 15 minutos, llegan al Elvira Wunderlich por el mismo motivo: la vacuna contra la influenza.
La trabajadora en salud dice que desde el lunes, cuando se activó la alerta amarilla y se habían contabilizado cuatro muertos (ayer la cifra subió a cinco), la demanda de inmunización se ha duplicado. Según sus cálculos, se atiende una media de 90 a 100 personas por día, desde las 7:30 hasta las 18:00. Y van de diferentes edades, resaltó.
En el centro de salud Los Olivos, ubicado en el barrio del mismo nombre, en un día, el jueves, acudieron más de 200 personas por la vacuna, asegura Maritza Ávalos, mientras revisa su libro de registro. “Desde esta semana, así es todos los días, al punto que hoy (ayer, viernes) tuvimos que solicitar 500 dosis más”, cuenta.
En Los Olivos el horario de atención es desde las 7:30 hasta las 19:00, de lunes a viernes. Dada la alta demanda de vacunas, continúa la enfermera, se ha ampliado la atención también el fin de semana. Si bien, aclaró, no se contará con la misma cantidad de personal médico, habrá un profesional que se encargará específicamente de la vacunación.
Otra prueba de que la gente se está tomando en serio el asunto de la influenza es lo acontecido en el centro de salud Santa Rosita, también en el bario del mismo nombre. Ayer, poco antes del mediodía, se había quedando sin una sola dosis.
Reacciones
Dorian Jiménez, del Servicio Departamental de Salud (Sedes), señaló que una de las causas por las que algunas personas evitaban vacunarse es por miedo a las reacciones que pueda generar la misma o si no por información falsa que estaba circulando en las redes sociales de grupos ‘antivacunas’.
La licenciada en Enfermería, Roxana Chávez, que labura en el centro Elvira Wunderlich, explicó que en algunos casos sí hay efectos secundarios, pero nada que ponga en riesgo la salud de las personas. Puede provocar fiebre, náuseas, dolor de cabeza o del brazo, pero estas reacciones son pasajeras.
Sin embargo, aconsejó que en caso de que los efectos secundarios persisten, se debe buscar ayuda médica
No hay comentarios:
Publicar un comentario