La tiroides, ubicada en el cuello y popularmente conocida como “mariposa” (debido a su forma), es una glándula encargada de regular el metabolismo, pero muchas veces puede verse alterada provocando algún trastorno que afecta a todo el organismo. Es importante detectar a tiempo el mal funcionamiento de esta glándula para evitar problemas más serios de salud.
A nivel mundial, los trastornos tiroideos son cada vez más comunes de lo que se cree y son identificados mayormente en mujeres. Alrededor de unos 700 millones de personas —el 10% de la población— padecen de algún trastorno tiroideo. Las dos alteraciones más frecuentes en el funcionamiento de la tiroides son el hipo y el hipertiroidismo. Se estima que 9 de cada 10 casos de hipotiroidismo se dan en mujeres.
La tiroides tiene unos cuatro centímetros de tamaño, pero es capaz de descompensar el cuerpo entero cuando no funciona bien. "Su función principal es producir la hormona tiroidea, que se la genera desde el nacimiento y es indispensable para la vida", comenta el endocrinólogo José Antonio Aliss.
Cuando hay algún tipo de trastorno en la glándula tiroidea, afecta la función metabólica y, con ello, causa problemas en casi todos los órganos del cuerpo.
El especialista señala que los trastornos que se adjudican a las fallas de la tiroides son cada vez más comunes en nuestro medio y mucho más frecuentes en mujeres que en hombres.
Por ello, Aliss recomienda realizarse revisiones una vez cada tres años. "El consenso actual en el mundo está solicitar un examen de tiroides una vez cada tres años, en todas las mujeres adultas arriba de los 18 años y más aún si las pacientes tienen antecedentes familiares de problemas tiroideos", explica.
Existen algunos síntomas que permiten alertar un problema de la tiroides, por lo que es bueno conocerlos y tenerlos en cuenta.
Entre los problemas de salud que se presentan ante el mal funcionamiento de la glándula están: hipotiroidismo, hipertiroidismo, nódulos tiroideos, tiroiditis, cáncer de tiroides y bocio.
Hipotiroidismo
El hipotiroidismo se da cuando la tiroides produce menos hormonas de las necesarias, lo que ralentiza el metabolismo.
"Este trastorno es el más frecuente en la consulta y se ve más en mujeres", comenta Aliss.
Tener mucho sueño, desgano, piel seca, caída de cabello, hinchazón, intolerancia al frío (aunque haga calor), son algunos de los síntomas.
El experto señala que los síntomas se manifiestan de manera diferente en cada persona y, aunque muchos asocian hipotiroidismo al aumento de peso, esto ocurre rara vez o en casos muy severos.
Para detectar esta patología hay que realizar un análisis de sangre que mida el nivel de la hormona estimuladora de la tiroides (TSH). Una vez se haya diagnosticado el problema, el tratamiento es eficaz y la mayoría de los pacientes pueden vivir una vida normal gracias al uso de la medicación.
"El hipotiroidismo se presenta a cualquier edad, incluso al nacer" recalca. "Uno de cada cuatro mil recién nacidos vivos presentan hipotiroidismo, ya sea porque han nacido sin tiroides o porque tienen alguna alteración anatómica a la glándula tiroides".
Hoy en día, se aconseja controlar el nivel de la hormona tiroidea al momento del nacimiento, pues esta hormona es muy importante para el desarrollo del cerebro, especialmente en el primer año de vida. Aliss comenta que en la mayoría de los centros del área urbana se realiza esta práctica.
Ante la falta de la hormona tiroidea, se receta el fármaco Levotiroxina. El médico tratante indica la cantidad posible de hormona que permita restablecer los valores de laboratorio y hacer desaparecer los síntomas. El tratamiento es exitoso, permitiendo una vida normal y con la toma del medicamento van desapareciendo los síntomas.
Hipertiroidismo
Por otro lado, el hipertiroidismo es la excesiva producción de la hormona tiroidea. Por lo tanto, el organismo está acelerado.
Intolerancia al calor, baja de peso de forma brusca con apetito conservado, diarrea, ansiedad, insomnio, temblor, ojos saltones y palpitaciones, son algunos de los síntomas.
Existe tratamiento para este trastorno y, si no responde al medicamento —en unos dos o tres años—, existen dos alternativas: yodo radioactivo o cirugía.
Aliss explica que muchas veces es difícil diagnosticar estos trastornos porque en casos iniciales, los pacientes pueden no desarrollar síntomas y estar deambulando por varios especialistas hasta dar con la patología.
Cuando la tiroides produce una excesiva cantidad de hormona tiroidea y el paciente está sin tratamiento —explica Aliss— puede llegarse a una complicación muy severa llamada tormenta tiroidea, etapa final del hipertiroidismo, donde la mortalidad es muy alta, más del 50 por ciento.
Ambos trastornos tienen tratamiento y los pacientes pueden tener calidad de vida. "Lo importante es que los pacientes sigan el tratamiento, indicaciones y asistan a sus controles médicos", señala el endocrinólogo.
Las causas más comunes del hipo e hipertiroidismo son de origen autoinmune, es decir que el propio organismo produce anticuerpos que destruyen la glándula tiroides.
Nódulos tiroideos
"Los nódulos en la tiroides son un tema muy frecuente en mujeres después de los 50 años de edad, con prevalencia altísima", explica Aliss.
Los nódulos se presentan en el 40% de las mujeres, de los cuales el 6% pueden ser cáncer de tiroides. Por ello, es importante realizar un buen diagnóstico y realizar los exámenes más exactos para determinar si es maligno o benigno.
El especialista aconseja realizarse palpaciones en el cuello para detectar algunos bultos en la tiroides y, ante el más mínimo signo, acudir al médico.
Tiroiditis subaguda
Este trastorno produce dolor en la región tiroidea. Se cree que es de origen viral y su tratamiento es con antiinflamatorios.
CÁNCER DE TIROIDES Y BOCIO
En cuanto al cáncer de tiroides, el endocrinólogo José Antonio Aliss explica que, aunque los casos son frecuentes, la mayoría son benignos y más del 90% de los pacientes con cáncer de tiroides son tratables: con cirugía y con yodo.
Los expertos señalan que los síntomas del cáncer de tiroides son: protuberancia en el cuello (similar a una nuez de Adán), dolor frecuente en los oídos, inflamación de los ganglios linfáticos del cuello, dolor en el cuello y la garganta, dificultades para comer, problemas para respirar normalmente, voz ronca, dificultad para hablar, tos no relacionada con un resfriado.
El bocio
"La deficiencia del yodo era la causa más frecuente para el agrandamiento de la glándula, conocido como el bocio", explica Aliss.
Desde que se yoda la sal, disminuyó la prevalencia, pero aún existe este trastorno porque tiene otras causas.
Por eso, aún se ven personas con bocio que, dependiendo del tamaño del agrandamiento de la glándula, tienen problemas en la deglución o respiración.
Por ello, son sometidos a cirugía para quitarles la tiroides y, posteriormente, a través de fármacos, se reemplaza la hormona tiroidea.
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