Para evitar que los niños contraigan una hepatitis de origen vírico es necesario mantener unos buenos hábitos de higiene y evitar condiciones de hacinamiento, lavarse las manos antes de las comidas y después de salir del baño, recordarles que el contagio es por transmisión oro fecal. La hepatitis A es la más frecuente, este tipo de hepatitis está causado por el virus de la hepatitis A (VHA), los síntomas característicos son náuseas, vómitos, malestar general y fiebre, también puede aparecer dolor abdominal, coloración obscura de la orina, defecación blanquecina, ictericia (coloración amarilla de la piel) tanto en conjuntivas como en la mucosa oral y el malestar general que disminuye al presentarse la ictericia.
Los exámenes de laboratorio a evaluarse son función hepática (bilirrubinas y transaminasas), tiempos de coagulación, glucosa y serología para VHA. No existe un tratamiento específico, pero se deben evitar todo tipo de medicamentos, en especial analgésicos y antipiréticos de manera indiscriminada. Se deben evitar las grasas e irritantes para disminuir los síntomas gastrointestinales. La prevención es a través de la vacunación infantil, la vacuna de hepatitis A se recomienda a los 2 años de edad. El pronóstico es en general muy bueno, el 95 por ciento de los pacientes con hepatitis A se recuperan sin ninguna secuela.
No olviden señores papas acudir ante estos síntomas a su médico pediatra y recordar que lo llamativo de esta patología es la coloración amarilla de la piel y el dolor abdominal.
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