"Hasta ahora nunca se había observado la recuperación de esas funciones después de tanto tiempo (de 3 a 13 años) en pacientes con diagnósticos de parálisis total” de los miembros inferiores, destacó Miguel Nicolelis, jefe de la investigación dirigida por la Universidad de Duke (Carolina del Norte, EEUU) y publicada en la revista Scientific Reports.
Estos avances sorprendentes y sin precedentes se lograron al cabo de un año de tratamiento mediante un sistema de interfaz cerebro-computadora, sin necesidad de implantar chips, electrodos o estimuladores físicos. La investigación se centró en ocho pacientes que se imaginaban caminando al tiempo que se visualizaban como un avatar en un entorno virtual.
El procedimiento les permitió recomponer cerebralmente la representación de sus miembros inferiores, lo cual probablemente reactivó nervios de la espina dorsal que no habían resultado lesionados en el accidente que los privó del uso de sus piernas.
"Pueden ser un pequeño número de fibras nerviosas residuales, pero suficientes para transmitir señales de la zona de la corteza cerebral” responsable de las funciones motoras, explicó Nicolelis, un científico nacido en Brasil.
La reeducación combinó una inmersión intensiva en la realidad virtual -reforzada con señales visuales y táctiles (para dar la sensación de tocar el suelo)- con ejercicios físicos, principalmente sobre una cinta transportadora. Se incluyó en el proceso material como exoesqueletos, unas estructuras de apoyo corporal para la activación del andar mediante el pensamiento.
Un casco con electrodos le permite al paciente captar señales asociadas a los movimientos enviadas por el cerebro y su descifrado por programas informáticos. Los ensayos se llevaron a cabo en Sao Paulo y se inscriben en el Proyecto Volver a Caminar (Walk Again Project), que contó con la colaboración de 100 científicos de 25 países. Sus primeros resultados concretos se dieron a conocer por primera vez en el partido inaugural del Mundial-2014 de fútbol en el paulistano estadio Arena Corinthians, cuando un joven parapléjico de 29 años, Julian Pinto, usando un exoesqueleto, dio el puntapié inicial a un balón.
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