El grupo Narcóticos Anónimos llega a Bolivia en 1987, se abre un grupo llamado “Oro verde” que cierra el año 1993 y reabre cambiando el nombre a “Grupo Libertad”. Desde entonces a la fecha son 24 años que funciona en la calle 25 de mayo esquina Bolívar, ofreciendo un programa efectivo para personas que quieren dejar el consumo de drogas.
“El único requisito para ser miembro de Narcóticos Anónimos es tener el deseo de dejar de consumir drogas, se trata de una asociación de hombres y mujeres para quienes las drogas se han convertido en un problema grave, somos personas que nos reunimos para ayudarnos a permanecer limpias. En las reuniones compartimos nuestra experiencia, nos damos fortaleza, esperanza de recuperación, que son los principios de Narcóticos Anónimos”, indica “Gonchi” miembro de la Cruz Blanca Boliviana, perito en adicciones.
El grupo funciona regularmente los lunes, miércoles y viernes a las 20:00.
“Por la característica de la enfermedad, de cada 10 que van al grupo, solo uno vuelve; de cada 10 que vuelve, uno se recupera lo que quiere decir que de cada 20 personas que buscan ayuda, una posiblemente se recupere. La adicción es una enfermedad crónica progresiva, incurable y puede ser mortal, se caracteriza por la obsesión de consumir drogas y la compulsión una vez empezado el proceso con cualquier droga. Altera la mente y el estado de ánimo, no se puede parar por propia fuerza de voluntad, por lo que se llega a un estado de rendición donde admitimos la impotencia y recién buscamos ayuda.
Estos grupos ofrecen ayuda especializada, son testimonios de otras personas que han pasado por lo mismo y están aprendiendo a vivir en base a 12 pasos y 12 tradiciones que son adaptados de Alcohólicos Anónimos que nace en 1932 en Estados Unidos”, asegura.
Alcohólicos Anónimos cede sus pasos y principios para que otros grupos sigan ayudando y ellos puedan seguir con el mensaje que tenían. Narcóticos Anónimos funciona en más de 130 países.
“Somos una confraternidad que está creciendo porque ofrece una alternativa de recuperación práctica para personas que tienen problemas con drogas y quieren aprender a vivir sin consumir”, dice Gonchy.
“Muchos de nosotros hemos buscado ayuda en la psiquiatría, medicina, psicología, que hacen el esfuerzo necesario para ayudarnos, pero debido a las características físicas de esta enfermedad a veces es muy difícil. Hemos encontrado una libertad para comenzar a recuperarnos en estos grupos donde no estamos sometidos a la vigilancia de nadie, ni a ningún grupo político, religioso o policial. Cada uno puede escoger el poder superior que le convenga. Eso nos permite encontrar una esperanza de vida”, asegura.
LAS REUNIONES
Para Narcóticos Anónimos la droga es toda sustancia química, natural o sintética que altere el estado mental y anímico de las personas por lo tanto hay drogas legales como el alcohol y los medicamentos como depresores, ansiolíticos, anestésicos y las drogas ilegales que están en la ley 1008. “Actualmente el consumo de drogas aumenta conforme vemos en la prensa y en la vida cotidiana de personas que buscan ayuda. La Marihuana está entrando con fuerza a los colegios, esto no quiere decir que la cocaína no esté, somos un país productor de cocaína y está al alcance del bolsillo de cualquier persona. Hay muchas personas adictas a fármacos y uno de los problemas que tenemos es que no se identifica bien el problema. En Narcóticos Anónimos hemos encontrado que el problema no es la droga, la droga es un síntoma, el consumo es un síntoma de un problema más profundo que está dentro de cada uno de nosotros, una vida ingobernable, en eso trabajamos, aprender a vivir renunciando a un patrón de conducta egocéntrico para encontrar un nuevo patrón de conducta espiritual de servicio. Actualmente tenemos entre 12 y 13 personas regulares en el Grupo Libertad”, indica Gonchi.
Narcóticos Anónimos se basa en 12 pasos entre ellos son:
• El primer paso: dice que admitimos que éramos impotentes ante nuestra adicción, que nuestra vida se había vuelto ingobernable, reconocemos que el problema es más que el consumo de drogas. Por lo tanto, la recuperación tiene que ser más que dejar de consumir drogas. Debemos admitir nuestra impotencia y la vida ingobernable.
• Segundo paso: donde creemos que un poder superior a nosotros mismos podría devolvernos el sano juicio, enseñarnos a vivir sin consumir drogas.
• Tercer paso: decidimos la voluntad y nuestra vida al cuidado de ese Dios tal como lo concebimos pidiéndole solo conocer su voluntad, dejamos nuestra voluntad en manos de ese ser superior y abrimos nuestro corazón para que pueda sacar ese infierno que tenemos dentro.
• Cuarto paso: es un minucioso inventario personal de todas las emociones, sentimiento y experiencia que no podemos olvidar que vivimos recordandolas, la baja autoestima, la frustración, escribimos en un papel y lo compartimos con otro adicto para conocer la naturaleza exacta del problema que habían sido defectos de carácter como la soberbia, la grandiosidad la ira, el odio, el resentimiento eso es lo que tenemos dentro del corazón y eso es lo que nos lleva a tener una vida ingobernable.
• Quinto paso: Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano la naturaleza exacta de nuestras faltas.
• Sexto paso: Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios eliminase todos estos defectos de carácter.
• Séptimo paso: Humildemente le pedimos que nos quitase nuestros defectos.
• Octavo paso: Hacemos una lista de todas las personas a las que les habíamos hecho daño y estamos dispuestos a enmendar el daño causado.
• Noveno: Lo enmendamos siempre y cuando no causemos mayor daño a ellos o a otros.
• Décimo: Hacemos un inventario personal diario, para ver cómo estamos, donde estamos fallando, qué problemas tenemos, como nos afecta.
• Onceavo paso: A través de la oración y meditación hacemos un contacto consciente con Dios como lo concebimos pidiéndoles conocer su voluntad y la fortaleza para cumplirla. Habiendo tenido un despertar espiritual como resultado de esos 11 pasos tratamos de llevar ese mensaje a los adictos y practicar estos principios en todos los aspectos de nuestra vida, son 12 pasos que hacen un cambio profundo de personalidad y nos permite encontrar una nueva manera de vivir. Es un milagro, es impresionante el cambio que se hace en cada uno de nosotros y esto repercute en la familia porque la familia también se encuentra afectada.
LA FAMILIA DE UN ADICTO
La familia tiene otro grupo de autoayuda llamado grupo Nar-Anon, asisten para para aprender a vivir y dejar vivir, soltar las riendas, eso lleva a una vida ingobernable y a una familia disfuncional.
“El tratamiento es bueno y mejora mucho más cuando la familia también se recupera, acepta esta enfermedad que no es una deficiencia moral o locura”, asegura.
“Nar- Anon tiene la misma filosofía en base a testimonios para aprender a vivir con el adicto independientemente de que consuma o no. Hay muchos que no dejan de consumir, pero la familia tiene que aprender a vivir con ellos, lo que vamos a ver son conductas negativas la familia tiende a agredir, encerrar, y no ayudamos en nada, en cambio sí conocemos la enfermedad de la adicción por esas conductas no podemos condenarlo porque es una enfermedad. Se aprende a lidiar a no chocar, durante los primeros cinco años de no estar consumiendo brota una personalidad egocéntrica y parece que estuviera consumiendo, los familiares aprenden que es un síntoma de la enfermedad la vida ingobernable la que está manifestándose y no es el consumo. Somos como dos personas una que quiere recuperarse y otra que sigue mintiendo, manipulando con soberbia”, explica “Gonchi”.
Las reuniones de Nar-Anon son gratuitas y confidenciales a las 19:00 en la Parroquia del Hospicio, Plaza Colón acera Sud.
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