El inicio de la época de lluvias y el consiguiente riesgo de un incremento de la población del mosquito que transmite el virus del Zika, hacen que la epidemia del mismo aún no esté controlada en el país. Los casos subieron a 132 entre enero y lo que va de este mes.
“Como epidemia, (el virus) no está controlado; estamos recién ingresando a la época de lluvias y esto hace que se incremente la población de mosquitos si no se hace una buena prevención y una buena eliminación de los criaderos”, dijo a OPINIÓN el director de Epidemiología del Ministerio de Salud, Rodolfo Rocabado.
Entre enero y lo que va de noviembre, el número de personas infectadas con el virus del Zika llegó a 132 (todas en Santa Cruz), precisó la autoridad. A fines de octubre y comienzos de este mes, se tenía el reporte de solo 129 casos. Del total, 57 son mujeres embarazadas que están bajo vigilancia luego de haber sido diagnosticadas. De ellas, 38 ya han dado a luz sin ningún problema. Ello implica que las madres de los cinco bebés que nacieron con microcefalia no estaban siendo monitoreadas al no haber sido el virus detectado en ellas de forma temprana.
CASOS El primero caso de microcefalia asociada al zika se registró en el municipio de Portachuelo, en Santa Cruz, al que le siguieren tres casos también en ese departamento: uno en El Torno y los otros dos en la urbe cruceña. El quinto caso y el más reciente se registró en Chuquisaca, pero la madre fue picada por el mosquito transmisor en Santa Cruz.
“Si una mujer gestante se ha ido a su control prenatal y se le ha diagnosticado zika, existe ya el riego de que su bebé tenga microcefalia, pero la mayoría de las personas no hace control prenatal o no informa al médico que ha tenido los síntomas, entonces el médico supone que no tiene ningún problema y la microcefalia se evidencia recién cuando nace el bebé”, explicó.
Esa enfermedad ocurre cuando la mujer gestante es picada por el mosquito (Aedes aegypti) en el primer trimestre de su embarazo. El virus pasa entonces la barrera de la placenta y llega al embrión, afectando su cerebro, el cual no se desarrolla y el niño nace con la cabeza pequeña. “Algunos bebés no llegan a nacer y se presenta el aborto porque la falta de desarrollo (del cerebro) es muy grande”, agregó Rocabado. De ello, “hay casos sospechosos, pero no se tiene confirmación” a la fecha.
Lo anterior requiere pruebas de laboratorio al producto del aborto y seguimiento a la madre, antes y después del aborto. “Al momento no se tienen datos al respecto porque no se ha visto que haya un incremento en los abortos, que es un indicador”, señaló la autoridad.
Aunque el riesgo de microcefalia en bebés cuyas madres hayan estado en contacto con el virus en los primeros tres meses de su embarazo es del 1 al 3 por ciento , Rocabado recomienda extremar esfuerzos de prevención. “Hay que pensar en planificación familiar y, si se puede, planificar el embarazo y postergarlo por unos dos años para que no haya riesgo de transmisión de la enfermedad (al bebé)”.
Recordó que esto aplica a las personas, hombres y mujeres, que viven en la región endémica del virus —Santa Cruz, Beni, Pando, el norte de La Paz, el Trópico de Cochabamba y el Chaco de Tarija y Chuquisaca— y las que viajan a ella periódicamente.
Los varones, añadió, también deben tener cuidado, ya que el virus está presente en el líquido seminal y en el prostático por más de 90 días”, lo que significa un riesgo de transmisión del mismo por vía sexual.
Transmisión
El virus del Zika puede ser transmitido a los bebés en gestación mediante la placenta o el semen de los padres, según pruebas científicas.
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