Femenina conversó con la especialista en terapia neural, Pilar Aróstegui, quien nos explica en qué consiste, cómo se realiza el diagnóstico para su aplicación y qué padecimientos pueden ser tratados o curados.
“La terapia neural trabaja sobre el sistema vegetativo que está ubicado en la piel, glándulas y ganglios que reciben estímulos internos al interior de los órganos como una apendicitis o externos como un trauma físico (cicatriz) o trauma psíquico (muerte de familiar), creando un campo de interferencia que provoca un desorden celular el cual se manifiesta con dolor en alguna parte del cuerpo”, explica Aróstegui.
DIAGNÓSTICO
Para la aplicación de esta terapia es primordial determinar los campos de interferencia de la persona, conocer cómo fue su niñez hasta la edad en que asiste a consulta; pasando por detalles como su vida amorosa, cantidad de hijos, hechos que de alguna u otra manera marcaron su vida y podrían generar alguna alteración en su organismo.
“El campo de interferencia es un espacio donde ocurre una actividad isoeléctrica (actividad eléctrica de la célula) anormal, que envía una orden errónea al sistema nervioso central que se refleja en la aparición de dolor o de alguna enfermedad. Estos campos se quedan en cualquier parte del cuerpo y a menudo en zonas alejadas de donde se experimenta el síntoma”, explica la especialista.
Aróstegui agrega que una vez que el terapeuta determina con exactitud la zona del problema, se procede con la aplicación del tratamiento correspondiente con una o más dosis de procaina inyectada en zonas específicas del cuerpo, que producirá un efecto vasodilatador para ayudar en la reorganización celular.
“La procaina es una sustancia que se utilizada en la terapia neural en dosis mínima, porque su efecto no dura más allá de los 10 a 15 minutos y es aplicada en puntos específicos del cuerpo para aliviar los dolores intensos del paciente. Además es antiséptica porque no produce infección alguna”, dice la profesional.
El procedimiento puede ser aplicado desde recién nacidos hasta la tercera edad, incluyendo a personas que han recibido tratamientos quirúrgicos y farmacológicos dependiendo de cada caso; pero que pese a su terapia no han podido solucionar el problema que les afecta.
TRATAMIENTO
Considerando que la primera cicatriz que tenemos al nacer es el ombligo, este es uno de los primeros campos de interferencia, incluso sin ir muy lejos una muela del juicio que aún no salió puede provocar dolor o ser la señal de la presencia de una enfermedad, por esta razón es importante el diagnóstico del terapeuta.
“Los terapeutas dividen los traumas psíquicos en golpes: primero, segundo y tercero. Por ejemplo: en el caso de una paciente que tenía un dolor cervical se le diagnósticó que el origen de la dolencia estaba en la columna y, a pesar de haber sido tratada con fármacos, el dolor era intenso. Sin embargo, al aplicar la terapia neural que consideró su historia personal: el provenir de una familia disfuncional (1 golpe), el haber tenido un aborto (2 golpe) y la muerte de su madre (3 golpe), en este caso se aplicó los inyectables en ciertas zonas y el dolor desapareció”, recuerda la especialista.
Aróstegui recuerda que cuando se aplica la terapia neural se puede esperar tres resultados: la respuesta inmediata, tardía y refleja. La primera que ceda al dolor inmediatamente, la segunda que el dolor baje progresivamente y la tercera que el dolor se incremente a su máxima potencia y comience a caer de igual manera.
“Una vez que se aplica la primera dosis de procaina en la zona específica a tratar deberá transcurrir 15 días para que el paciente comente los cambios que ha tenido y ha sentido. En el tratamiento se definen el tipo de ganglios que al toque producirán un shock isoeléctrico en la actividad normal.
Existe una serie de enfermedades que pueden ser tratadas a partir de este método como las reumáticas, dolores de columna, cefaleas, migrañas, cervicalgias (dolor de cuello), laberintitis, tinitis (ruidos en oídos), parálisis facial, infertilidad, depresión y un seven isquémico transitorio que no se va a curar, sino a disminuir la lesión recidivante.
“La laberintitis es una enfermedad que puede ser curable dependiendo de su origen, si se encuentra en el sistema otorrino o está combinada con una cervicalgia (dolor en cuello) y omalgia (dolor en hombro), pero este diagnóstico solo puede ser dado por un médico especializado en rehabilitación que toma en cuenta todos estos aspectos para resolver el problema con sencillez”, finaliza Aróstegui.
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