Sin embargo, hay un porcentaje que nunca logra tener hijos, a pesar de todos los tratamientos y posibilidades que puedan existir. ¿Qué pasa con la salud mental de las personas en ese caso? ¿Cuándo es necesario decirle stop a los tratamientos? ¿Qué pasa con la integridad del matrimonio?
Para respondernos todas las dudas y contarnos de su experiencia, Victoria Valenzuela, autora del libro "Con permiso para Amar”, nos da algunos consejos para superar de buena forma un problema de infertilidad y seguir adelante enfocando toda la energía en otras cosas actividades. Victoria es coach ontológico, especialista en Gestión de Personas y Licenciada en Psicología.
Además, Carmen Gutiérrez, directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, señala que "la infertilidad es un tema tabú, que no se suele hablar mucho. No está en los ámbitos públicos hablar de la infertilidad. Y al revés, la fertilidad o la posibilidad de tener hijos es dado como un hecho natural, como algo posible”. Es por eso, que a continuación te aclaramos un poco la situación y te contamos algunas cosas de las que no se suele hablar.
La decisión final
Sabemos que poner punto final a los tratamientos de fertilidad no es una decisión fácil. Victoria dice que puede llegar a ser un quiebre durísimo que deberán enfrentar las parejas principalmente por las consecuencias sociales que derivan de una cultura tradicional y que eleva a la maternidad a la categoría de identidad femenina.
Algunos factores que pueden incidir en tomar la decisión de parar con los tratamientos son:
-El deterioro o quiebre en la relación.
-Consecutivos resultados negativos en los intentos
-Trastornos depresivos
-Factores económicos.
-Estado de aceptación por el que se atraviesa.
Es importante saber que "los tiempos tienen que ver con un proceso personal y de pareja, más que con una medida estándar.” Y cuando se toma una decisión así de importante las personas adquieren una libertad plena para tomar sus propias decisiones, amparadas en lo que quieren de la vida y en concepto de su felicidad.
En cuanto a esto, Carmen señala que todo el tema se debe tomar de forma positiva y hacer lo que sea más honesto para la pareja.
Algunos consejos…
La licenciada en Psicología, asegura que lo fundamental es escucharse primero uno mismo y sentir cómo se encuentra el cuerpo, cuál es el estado anímico que se atraviesa y en qué disposición se está llevando el día a día. Luego, "abrir una comunicación abierta y franca intentando trascender las temáticas propias de los tratamientos que en estos casos tienden a apoderarse de las conversaciones.”
Cuando se asume lo que está pasando, "es posible descubrir nuevas realidades y explorar posibilidades, que pese a las limitaciones objetivas, permitan diseñar una vida ya no desde la vereda de la escasez por la frustración de la maternidad o paternidad, sino que por el contrario, con abundancia de afecto, de disfrute y de libertad para construir el camino hacia la felicidad”, señala Victoria.
Finalmente, la autora del libro aconseja poner todas las energías en actividades como correr, practicar yoga, crossfit o zumba. Con esto pueden ponerse en movimiento las emociones como la rabia, la frustración o la envidia y evitar que queden atrapadas, o lo que es peor que se transformen en un estado anímico pegado.
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