En la infancia es frecuente la consulta para descartar estos parásitos en niños que manifiestan poco apetito, en niños irritables que rechinan sus dientes, que presentan problemas durante el sueño o que se sienten molestos por el intenso prurito o escozor anal y nasal, etc.
El parásito inmaduro vive en intestino delgado ya maduro migra a intestino grueso de donde las hembras son las que depositan sus huevos hacia afuera en los márgenes perianales. De ahí la manifestación clínica constante es el prurito o escozor anal nocturno que muchas veces los padres hacer referencia indicando tiene "gusanera". Las lesiones se producen por rascado continuo en la zona, produciendo irritaciones en las niñas en la vagina y vulva produciendo vulvovaginitis, justamente por migración de los parásitos a estas zonas.
El diagnóstico es a través de la visualización directa del parásito en área anal o vaginal, complementariamente se solicita un examen de heces y un test de Graham mediante una tela adhesiva transparente en área anal y visualización directa en microscopio.
El tratamiento no solo debe ser realizado al paciente infectado sino también a todos los convivientes mediante el uso de antiparasitarios como el pamoato de pirantel una sola dosis y repetirse a las dos semanas, además de medidas de higiénico dietéticas complementarias.
Debido al alto grado de reinfección el control se hace difícil por lo que importante el tratamiento de las personas infectadas y sus contactos convivientes. Es muy importante saber que son frecuentes las reinfecciones y que esto puede llevar a la necesidad de realizar varias veces por año el tratamiento, lógicamente esto deberá estar bajo supervisión médica.
Recuerde que la desparasitación de nuestros niños es necesaria y se la realizan en centros de salud.
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