Desde el inicio de la marcha, que varía entre los 11 a los 18 meses, y hasta la edad de dos a tres años, puede presentarse rotación interna de los pies al caminar.
Esta posición ayuda a equilibrar el apoyo de los niños al desplazarse, mientras logran el equilibrio y la fuerza suficiente en sus piernas para marchar adecuadamente. Por otro lado, es importante tener en cuenta la postura del pequeño, si lo ve con el hábito de sentarse en el suelo poniéndose de rodillas primero, apoyando la colita sobre sus talones y dirigiendo los pies hacia adentro, es importante corregirle esta postura, ya que puede ser motivo de una alteración del cuello femoral que ocasiona que la marcha se alargue indefinidamente.
Alteraciones frecuentes
- Caminar en punta de pies.
- Caminar con los pies hacia adentro.
- Caminar con la posición de las piernas en varo (popularmente conocido como cascorvos).
Todas estas posiciones son normales o fisiológicas hasta la edad anteriormente mencionada.
Consejos para corregir
- Evita que los niños se sienten flexionando las rodillas o que duerman boca abajo puesto que estas posturas favorecen la rotación interna de los pies.
- Desde el inicio de la marcha incentívalos a que suban y bajen superficies inclinadas, primero con ayuda y después en forma autónoma.
- Permíteles jugar en los parques. Los pequeños actualmente permanecen guardados en sus casas y no se les brindan espacios que les permitan correr y hacer ejercicio en sitios abiertos, principalmente en ciudades de clima frio.
Consultar a ortopedia
Se debe consultar siempre bajo la guía del pediatra que realice el seguimiento del niño, cuando la alteración del patrón de marcha persista más allá de los dos o tres años y que contribuya a que el menor se caiga fácilmente. También hay que consultarlo cuando se sospeche sobre algún tipo de rotación tibial acentuada, cuando haya antecedentes de displasia del desarrollo de la cadera o cuando se sospeche asimetría o acortamiento de alguno de los miembros inferiores.
Uso de calzado especial
No existe ninguna evidencia fundamentada sobre el uso de zapatos destinados a que los niños “No tuerzan los pies”. Es importante permitir que caminen descalzos una vez se inicie el patrón de marcha pues esto favorecerá el apoyo completo de la planta del pie al caminar. En la fase en que los pequeños gatean e inician posteriormente la marcha, los zapatos deben ser suaves, cómodos y elaborados con una suela que impida que se resbalen. Una vez se establezca la marcha, se deben evitar los zapatos de suela muy dura o que les queden demasiado grandes, pues esto no ayuda a su estabilidad.
Destacado
La rotación interna de los pies al caminar se considera anormal si persiste más allá de los dos a tres años de edad e incide en que el pequeño se tropiece o se caiga fácilmente. Por lo general, estas alteraciones se corrigen solas con el transcurso del tiempo.
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