Tener unos niveles elevados de colesterol es la principal causa de infartos y crisis cardíacas, pero existen diversas formas de prevenirlo.
Además de llevar una dieta equilibrada, una adecuada gestión de nuestras emociones también es un punto clave a la hora de mantener estables nuestros niveles de colesterol.
Si tus últimos análisis revelan que tienes el colesterol alto, es momento de hacer cambios.
El colesterol elevado, así como unos triglicéridos que se exceden de los valores que se consideran normales, aumentan de forma notable el riesgo de padecer alguna enfermedad cardíaca.
Ahora bien, la buen noticia es que estamos ante un problema que puede controlarse y que, ante todo, requiere dos pilares básicos: seguimiento médico y voluntad personal.
Hemos de tomar conciencia de que hacer cambios es necesario, que comer bien y mejor es sinónimo de salud y que llevar a cabo pequeños esfuerzos cotidianos nos permitirán sentirnos mucho mejor y llevar un día a día en armonía con nuestro cuerpo.
Hoy en nuestro espacio te proponemos lo siguiente: aplicar estos 7 consejos para reducir el colesterol en 30 días.
¿Cómo reducir significativamente?
Los cambios reales, si seguimos estas pautas, se notarán ya a los 30 días. Sin embargo, será a los 3 meses cuando nuestros niveles de colesterol pueden llegar a unos parámetros más saludables y que entran ya dentro de lo normal.
En nuestra mano está conseguirlo.
1. Elige bien el tipo de grasas
Las grasas saturadas aumentan el colesterol malo o LDL, así como el riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
Debemos olvidarnos de los alimentos fritos, los productos horneados (pasteles, masas de hojaldre, pizzas congeladas, galletas…).
Debemos acostumbrarnos a leer las etiquetas de los alimentos.
Ahora bien, no se trata de excluir todo tipo de grasas. Debemos optar por aquellas más saludables, como las que nos ofrecen los aguacates, el aceite de oliva, los frutos secos, el salmón…
2. Camina todos los días
Reserva a lo largo del día media hora para ti solo. Ponte calzado cómodo y, simplemente, camina.
* Deja que tu sangre se oxigene, que el corazón se ponga en marcha y que el cerebro reciba esa dosis extra de endorfinas y nutrientes…
* Tus venas y tus arterias ganarán en elasticidad y reducirás el colesterol.
3. Un vaso diario
de zumo de limón
El limón es rico en vitamina C y en flavonoides, un tipo de compuestos que tienen un sabor amargo y proporcionan, a su vez, de grandes beneficios para la salud.
Si nos acostumbramos a tomar zumo de limón a diario, sus compuestos naturales actuarán como una auténtica “terapia” complementaria ideal para reducir el nivel de colesterol total.
Además, bajaremos la producción de apolipoproteína B, una sustancia del hígado asociada a la producción desmesurada de colesterol.
4. Consume más fibra
Los alimentos como la avena, las manzanas, las ciruelas pasas o las lentejas son ricos en fibra soluble, muy adecuados para que nuestro organismo absorba el colesterol.
Tampoco podemos olvidar que la fibra nos proporciona saciedad. Por tanto, evitaremos picar entre horas y lo
graremos cuidar de nuestra correcta alimentación.
5. Incluye el salmón en tu dieta semanal
Este tipo de pescado es rico en ácidos grasos omega 3, ideales para reducir el colesterol y cuidar de nuestra salud en general.
Elige bien el pescado que pones en tus platos. El salmón, el atún o las sardinas son los más saludables.
6. Sí a esas especias tan medicinales
¿Has probado ya el té de canela? ¿Y si en lugar de añadir sal a las comidas usas ajo en polvo o cúrcuma?. No lo dudes. Si empiezas hoy mismo a utilizar en tu cocina especias como la canela, el perejil, la cúrcuma, el cilantro, el romero, el tomillo o raíces tan saludables como el jengibre, tu colesterol recuperará su nivel más saludable.
7. Y tú… ¿Practicas eso llamado “relajación”?
¿Sabías que cuando nos pasamos largas temporadas con estrés y ansiedad el colesterol puede irse “por las nubes”?
Según diversos estudios el estrés emocional orquesta cambios metabólicos que afectan a nuestra salud cardiovascular, y el colesterol es una de sus consecuencias más conocidas.
Aprendamos a gestionar esas fuentes de estrés y a relajarnos, a disfrutar del aquí y ahora leyendo, practicando yoga… Siendo, en esencia, más felices.
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